"El censo de cotorra argentina en Madrid crece un 33% en los últimos tres años", ha informado el Ayuntamiento de Madrid mediante una nota de prensa. Cuando los millennials llegaban al mundo, allá por la década de los 80 y 90, se puso de moda tener como mascota este loro verde tan llamativo originario de Sudamérica, que nace durante el verano y produce un sonido muy característico. Con el tiempo, algunos se escapaban o eran soltados cuando la gente se cansaba. En libertad, esta especie considerada invasora se reprodujo y extendió hasta el punto de suponer un peligro para la biodiversidad de la capital. Y ahora, ¿qué?
El Ayuntamiento estudia qué hacer con tanto loro que recorre la ciudad porque se trata de "una cuestión de urgencia", según ha publicado. El objetivo no es fulminar los ejemplares que habitan en Madrid, sino una reducción de la cifra de esta especie que no se ha logrado con la retirada de nidos que se ha llevado a cabo hasta ahora.
En 2015, la organización SEO/Birdlife que protege a las aves estimó que el número de cotorra argentina en el conjunto de España era de unas 20.000, después de realizar un censo en más de 450 municipios, según publicó. Por aquel entonces Madrid ya se encontraba en la lista de provincias más afectadas, junto con Barcelona y Málaga, con unos 6.000 ejemplares contabilizados. En 2016 la cifra era de alrededor de 9.000 y, actualmente, alcanza los 12.000.
El motivo de tanta prisa para eliminar esta ave de las calles madrileñas es, dice el Ayuntamiento, que compite con otros animales por la comida, además de estar modificando los ecosistemas por "su actividad depredadora". Pero no sólo su dieta es un problema, porque la cotorra argentina construye su nido a base de brotes y tallos que arrancan de la vegetación y que, a medida que pasa tiempo, pesa cada vez más al aumentar de volumen. En ocasiones alcanza los 200 kilos, publica, y supone un riesgo para la ciudadanía porque puede caerse.
Se estudia a su vez cómo puede afectar a la salud de las personas y de otras aves urbanas. Entre otras cosas, parece ser que la cotorra podría ser portadora de psitacosis, gripe aviar o salmonelosis –aunque hasta el momento nadie ha sido contagiado–, y de la enfermedad conocida como 'de Newcastle', una infección que amenaza a otras especies.
Ya en 2010, el diario 'ABC' publicó una noticia que hablaba de posible plaga y de las posibles medidas que empezarían a llevarse a cabo para evitar su expansión. Entre sus potenciales afectadas el periódico citó las palomas, urracas y carracas. Además mencionó que se trata de un ave que se adapta fácil y rápidamente al nuevo entorno a pesar de llegar del otro lado del Atlántico.
Desde 2011, cuando el problema se iba haciendo evidente, la ley no permite tener o adoptar especies invasoras como la cotorra argentina, recuerda el Ayuntamiento de Madrid. En caso de poseerla como mascota antes de la fecha de la prohibición, las personas "están obligadas a mantenerlas hasta su fallecimiento, siendo un delito su suelta".
Por ahora lo que sabemos es que se llevará a cabo un plan integral para reducir la población de loro argentino que se desarrollará con la colaboración de SEO/Birdlife, "que incluirán el sacrificio ético y la esterilización de los huevos", explica la nota de prensa del Ayuntamiento.