Las pistolas eléctricas, Táser por su marca comercial, son utilizadas por la Policía y el Ejército de España. Su uso está autorizado en situaciones de emergencia, como alternativa al uso de armas de fuego, más letales. Es un arma de electrochoque pensada para incapacitar a una persona o un animal a través de descargas eléctricas que alteran el funcionamiento normal de los músculos.
La descarga de una táser es de unos 40.000 voltios, pero cuando entra en contacto con la persona la descarga baja su intensidad y se convierte en un arma no letal. Los fabricantes aseguran que una pistola 'taser' dispara dardos electrificados o también puede ser usada presionando directamente contra una persona para inmovilizarla. Los dardos que dispara pueden o no penetrar la piel, informa la compañía que los fabrica.
Al recibir una descarga disparada por una pistola táser la persona percibe una sensación paralizante y de dolor intenso; puede provocar contracciones musculares incontrolables .
Numerosos informes médicos aseguran que, si una persona recibe una descarga de un dardo táser en una zona próxima al pecho, puede provocar un drástico aumento del ritmo cardíaco , de hasta el doble de lo que el individuo tenía antes de recibir la descarga eléctrica. Ya se han reportado casos de infartos en individuos tras recibir una descarga de una táser.
La compañía Táser asegura que el voltaje de "carga máxima" de una de sus armas en el rango de impacto es de hasta 40.000 voltios, que baja hasta una media de 600 voltios durante el disparo.
Las pistolas eléctricas son de uso exclusivos de la Policía y el Ejército. Están reguladas por el artículo 5.1. del Reglamento de Armas y los agentes no pueden comprarlas por su cuenta.