Cómo tu mente te engaña: por qué triunfan las fake news y te crees cosas que no son o que no han ocurrido
Nuestro cerebro no percibe la realidad tal y como es sino como mejor nos conviene para decidir
Los sesgos cognitivos hacen que en muchas ocasiones prejuzguemos conforme a nuestras ideas
Un gran ejercicio de empatía sería analizar y comprobar antes de prejuzgar
Ni eres tan guapo como te ves, ni tu hijo es el más inteligente como crees, ni el romance con aquella chica que no acabó bien fue tan estupendo como recuerdas. Tu mente te engaña y lo hace porque es uno de los mecanismos más antiguos que tenemos para sobrevivir. Los sesgos cognitivos distorsionan nuestra realidad desde que vivíamos en las cavernas y también la de nosotros, los homo sapiens de los móviles, como un lastre de la evolución que nos lleva a cometer errores.
Helena Matute, psicóloga y autora del libro 'Nuestra mente nos engaña, sesgos y errores cognitivos que todos cometemos' (Edit Shackleton Books) nos enfrenta a esa parte de nuestra herencia genética, que influye no solo en cómo reaccionamos ante determinadas circunstancias, sino también en nuestra toma de decisiones.
Los sesgos cognitivos fueron una ventaja evolutiva para presagiar el peligro y sobrevivir ante todo, pero Matute, directora del laboratorio de Psicología Experimental en la Universidad de Deusto cree que "estas formas de razonar y de entender el mundo que fueron adaptativas para nuestros antepasados al mismo tiempo se convierten en trampas mortales cuando no nos percatamos de que son modos de reacción ancestrales que no podemos aplicar sin filtros en el siglo XXI."
...¿Para qué nos sirven para esta etapa evolutiva del homo sapiens?
La psicóloga clínica, Úrsula Perona Mira, de Psicoclinic nos explica que no todo es negativo es este retazo evolutivo, porque en un mundo lleno de estímulos nuestro cerebro encuentra 'ayuda' para poder organizar tanta información.
"Tendemos a ver los sesgos cognitivos como algo negativo, pero no siempre es así. Nos permiten ser selectivos con la información a la que debemos prestar atención, en un mundo de hiperestímulos, eso es importante. También nos ayudan a tomar decisiones de forma rápida (que en algunas situaciones es muy importante) y en general a organizar y percibir el mundo de una forma más estructurada y predecible."
Nuestra mente nos engaña y cuanto antes seamos conscientes de ello, tanto mejor. La adaptación no consiste en percibir y recordar fielmente la realidad, sino en percibir y recordar aquello que nos ayude a tomar decisiones más adecuadas para lograr un mayor nivel de supervivencia
Perona, sin embargo, también admite que tienen un lado menos beneficioso que es "cuando se producen de manera desorganizada, o no cumplen su función, se convierten en un problema, pues vivimos según 'nuestros sesgos', nuestras creencias y prejuicios, y eso, sobre todo a nivel social, nos puede ocasionar muchos problemas o insatisfacciones."
La investigadora y directora del Laboratorio de Psicología Experimental argumenta en su libro sobre los sesgos y su efecto sobre nuestras opiniones, nuestro comportamiento y actitudes. Así como alerta de la importancia de ser conscientes de su influencia para evitar que nos lleven a decisiones desastrosas o a cometer errores garrafales.
Los sesgos más frecuentes y el dogma de mi hijo es el mejor
"Nuestra mente nos engaña y cuanto antes seamos conscientes de ello, tanto mejor. La adaptación no consiste en percibir y recordar fielmente la realidad, sino en percibir y recordar aquello que nos ayude a tomar decisiones más adecuadas para logra un mayor nivel de supervivencia". Quizá por eso llegamos a creer que aquel amor fugaz de apenas dos meses fue lo mejor que nos pasó en la vida.
¿Es culpa del sesgo de fabulación?, una 'trampa' de la mente en la que recordamos eventos de nuestro pasado como algo estupendo, incluso creemos hechos que no llegaron a suceder, pero no es el único comportamiento permeado por estos errores de juicio, pero no es el único, hay muchos: La literatura científica recoge más de 150 sesgos cognitivos, entre los más comunes mencionan:
El sesgo de la ilusión de control, que explica muchas creencias en ideas absurdas o no sustentadas por hechos probados. Muchas veces creemos que controlamos las cosas o que podemos influir en determinados hechos y para ello nos apoyamos en rituales y supersticiones, en la predicción de los horóscopos, de los adivinadores, etc.
Otro sesgo es el del efecto Dunning-Kruger que consiste en tener una percepción distorsionada de nosotros mismos, y personas feas o con escasas habilidades o conocimientos se consideran más inteligentes que otros más cualificados o guapos evaluándose a sí mismos de forma errónea.
El sesgo del halo explicaría por qué tendemos a creer que la gente guapa es además buena e inteligente generalizando un rasgo positivo a toda la persona. Es fácil de detectar en la fascinación que ejercen los cantantes, artistas o deportistas famosos que son atractivos y nos lleva a creer que además son generosos, simpáticos y otras características positivas que ignoramos completamente si poseen.
Para Helena Matute, especialista en el tema de los sesgos, el sesgo del punto ciego, es el rey de todos. Este error cognitivo nos hace creer que nuestros hijos son más simpáticos, más nobles, que nosotros somos más guapos y listos que la media. No solo eso, sino que además, este sesgo nos hace sentir a salvo de enfermedades graves, que creemos que sufrirán gente conocida de nuestro entorno, pero no nosotros.
Los conocemos, los estudiamos y escribimos sobre ellos, pero poco se puede hacer para defendernos de este lastre evolutivo que nos recuerda que llegamos de las cavernas, cubriéndonos con pieles y corriendo delante de las fieras. Así lo confirma Úrsula Perona que recomienda evitar caer en la trampa de los sesgos "para estar más atento al otro" sin "prejuzgar", "averiguar en vez de presuponer" en lo que supone "un enorme ejercicio de empatía."
"Podemos conocernos mejor, saber por donde 'cojeamos', y desde ahí, empezar a cambiar las cosas (...) Cuando te das cuenta de estos patrones o errores de pensamiento, que para cada persona suelen ser unos determinados, y observas cómo influyen en los juicios, en la manera en que interpretas los actos de los demás, te das cuenta de que cuando consigues cuestionarte y finalmente cambiar estos sesgos, tu visión de las cosas es más amable, más clara, y menos prejuiciosa. Sin duda, identificar los errores cognitivos que nos dificultan las cosas y cambiarlos, cambia significativamente tu vida."
“Estas maravillas de la mente y especialmente esta capacidad de predecir cosas importantes para la supervivencia a partir de pocos datos son exclusivas de la especie humana.” Sin embargo, Helena Matute admite que quizá es una capacidad más desarrollada que en otros animales. ¿Entonces, los seres humanos nos equivocamos más que los animales? Tal vez sea otra cuestión que estos sesgos nos impide hacernos más a menudo.