Las nubes son las pitonisas del cielo, anuncian lo que va a pasar antes de que pase. Su forma, su color o su consistencia dan pistas de qué tiempo nos espera en las siguientes horas. Esta semana estamos asistiendo a un vaivén de las temperaturas, las lluvias y el viento que viene dado por el movimiento de la atmósfera. Por eso, las nubes nos regalan diferentes dibujos que pueden significar granizo inminente o pueden querer decir que hay humedad pero no habrá precipitación.
Las nubes onduladas paralelas o Stratocumulus undulatus, nombre científico, que el meteorólogo de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) Rubén del Campo quiso compartir a través de Twitter se dejaron ver sobre la sierra de Madrid.
La Organización Meteorológica Mundial (OMM) la incluye en su diccionario de nubes. Se componen de elementos "bastante grandes", define, "y a menudo grises". Su formación "se debe al flujo del viento al toparse con el Sistema Central y formar ondas de montaña". Mientras que en la cresta se forma la nube, en el valle el cielo permanece despejado.
Pueden traer lluvia, aunque no son especialmente compactas, con que no auguran tormenta.
Al mismo tiempo, en otras zonas de España, se vieron nubes que poco tenían que ver con las de la capital. En Oviedo, por ejemplo, primero se observó una especie de halo de luz que facilitan las nubes de cristales de hielo. Más tarde pasaron a sustituirlas las conocidas como "borreguitos", que forman el clásico "cielo empedrado". No suelen descargar precipitación.