Resulta complicado conocer, de un modo general, cómo repercutiría en la sociedad que por fin ocurriese un contacto entre los humanos y los extraterrestres. De forma más particular, a la NASA le preocupa qué encaje tendría este hecho entre la gente creyente.
Para saberlo, y con el objetivo de participar en un estudio del Centro de Investigación Teológica (CTI) de la Universidad de Princeton, en Nueva Jersey (Estados Unidos), la agencia espacial contrató a un grupo de académicos, sacerdotes y expertos en teología.
El exdirector del Instituto de Astrobiología de la NASA Carl Pilcher explicó que los teólogos fueron invitados a participar en el estudio para tratar de cerrar la brecha entre la ciencia y la religión y para "considerar las implicaciones de aplicar las herramientas de la ciencia de finales del siglo XX y principios del XXI a las preguntas que se han planteado y se intrincan con las tradiciones religiosas durante cientos o miles de años".
No es una cuestión en balde, pues Pilcher cree que es "simplemente inconcebible" pensar que la Tierra es el único planeta que alberga formas de vida, "cuando hay más de 100.000 millones de estrellas en esta galaxia y más de 100.000 millones de galaxias en el universo".
El reverendo Andrew Davison, teólogo de la Universidad de Cambridge y doctor en bioquímica por la Universidad de Oxford, en Reino Unido, es uno de las personas que colaboran en el estudio.
Davison ha asegurado en el blog de la Facultad de Teología de la Universidad de Cambridge que en sus investigaciones preliminares ha podido comprobar "la frecuencia con la que la teología y la astrobiología han sido un tema de los escritos populares" en el último siglo y medio.
El tema de la religión y los extraterrestres, pues ya en 2014 la agencia concedió una subvención de 1,1 millones de dólares para estudiar cuán receptivos son los creyentes de las diferentes religiones a la investigación y el método científico.