Mutagénesis letal: una fórmula para intentar que el coronavirus mute hasta matarlo
El objetivo de la práctica es hacer mutar a los virus hasta la letalidad, volviéndolos inofensivos
Para el proceso se usan sustancias que buscan provocar errores en la multiplicación del virus
El favipiravir es un ejemplo de sustancia que se usa para la mutagénesis letal en el virus del ébola
La comunidad científica continúa trabajando incansablemente para intentar hallar una clave que ponga freno a la todavía imparable pandemia de coronavirus que asola al mundo con más de 40,2 millones de contagios y más de 1,1 millones de muertes. La consecución de una vacuna segura y eficaz es la meta en la que está depositada la mayor parte de la esperanza, pero, por otra parte, los expertos también trabajan alternativamente en tratamientos que mitiguen, frenen o aplaquen al virus por otras vías. Una de ellas, de significativa complejidad, es la denominada mutagénesis letal.
Según explica en una entrevista para el medio Clarinel virólogo español Esteban Domingo, del Centro madrileño de Biología Molecular Severo Ochoa, experto que lleva más de cuatro décadas estudiando el comportamiento de los diferentes virus y es miembro de la Academia Nacional de Ciencias de EEUU, la mutagénesis letal consiste, básicamente, en hacer mutar al virus hasta la letalidad; hasta que se vuelva inofensivo.
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Mutar el virus hasta su letalidad
“Los virus mutan continuamente y usan las mutaciones para adaptarse, para continuar multiplicándose, para pasar de una persona a otra, para sobrevivir. Si uno lo ‘mutageniza’, es decir, lo hace mutar hasta la letalidad, se vuelve inofensivo”, cuenta a Clarin, a quien ha explicado que el objetivo, efectivamente, es provocar un exceso de mutaciones en el virus que se consigue introduciendo sustancias en su material genético. Estas sustancias, detalla, son denominadas agentes mutagénicos y son “parecidas a los nucleótidos que se normalmente se deben poner en el material genético del virus para perpetuarlo”. Sin embargo, pese a ser parecidos, no son idénticos, provocando entonces que haya “errores en la multiplicación del virus”. En ese momento, se producen más mutaciones, y esas mutaciones son errores en el material genético. De ese modo, señala, “llega un punto en el que estos errores son excesivos para que el virus pueda seguir funcionando”.
Dicho esto, según explica, esta fórmula que intoxica al virus hasta el punto de que no puede ya multiplicarse, en la teoría, podría utilizarse contra el SARS-CoV-2. Además, añade, sucede con todos los seres vivos; también con nosotros: “Todos tenemos una tasa de mutación en nuestras células muy controlada, pero si por alguna razón se descontrola, todo comienza a deteriorarse”, indica.
¿Es segura la mutagénesis letal?
La pregunta entonces es cómo se puede llevar a cabo la mutagénesis letal del coronavirus y si entrañaría riesgos para el ser humano. En este sentido, tranquiliza: la probabilidad de que el virus mute a peor al acelerarse sus mutaciones es “extraordinariamente pequeña”, dado que no se ha visto un precedente así en ningún experimento de laboratorio sobre mutagénesis letal. Sin embargo, por otro lado advierte: “Hay otro aspecto no tan claro: esos agentes que causan mutaciones, ¿nos podrían causar también mutaciones en personas?”, habida cuenta de que habría que introducir también esas sustancias químicas en el organismo del individuo para desencadenar el proceso.
En este sentido, su respuesta al respecto de si la persona que recibe el tratamiento podría tener como efecto secundario una mutación de sus propias células, afirma que “las sustancias que se están aprobando para ser utilizadas como agentes antivirales por mutagénesis letal se han seleccionado porque no son precisamente capaces de mutar las células de los organismos que tienen el virus”. O dicho de otro modo, tal y como manifiesta en la entrevista concedida a Clarin, las sustancias han sido analizadas para que, en una práctica segura, hagan mutar al virus pero no a las células.
No obstante, advierte, “no hay ningún tratamiento antiviral que esté completamente libre de efectos secundarios”, aunque descarta que la mutagénesis letal vaya a tener efectos adversos por encima de lo habitual en la práctica médica.
En este sentido, señala, ya se han realizado muchos ensayos de este tipo en laboratorio, con pruebas tanto en animales o plantas como también en humanos a través del uso de sustancias que han pasado las pruebas de toxicidad pertinentes. Entre ellas, cita al favipiravir y rivadivina, que se emplean para uso humano. La primera, concretamente, se utilizó para el ébola y se quiere utilizar en la India contra el coronavirus, apunta.
No obstante, y en cualquier caso, aún queda, desgraciadamente, mucho trabajo por delante para dar con las sustancias y el tratamiento adecuado contra un virus del cual, todavía ahora, se desconocen muchas cosas.