La sensibilidad al dolor cambia a lo largo del día y suele ser más alta durante la noche y más baja al final de la tarde. No obstante, este ritmo se revierte en las personas con dolor neuropático, quienes suelen tener menos sensibilidad al dolor por la noche.
Para conocer los mecanismos subyacentes a los ritmos de dolor normal y neuropático, expertos de la Universidad de Nueva York (EEUU), cuyo trabajo ha sido publicado en la revista 'PLOS Computational Biology', han desarrollado un modelo matemático que simula cómo se transmite el dolor de un nervio al cuerno dorsal de la médula espinal, donde el dolor se procesa inicialmente.
De esta forma, comprobaron que su método era capaz de predecir la hora en la que el dolor se inhibía. "Nuestros resultados proporcionan un primer paso para entender cómo el ritmo diario en la sensibilidad al dolor afecta al procesamiento normal del dolor a lo largo del día y, potencialmente, cómo puede beneficiar las estrategias de manejo del dolor en entornos clínicos", han dicho los investigadores.
Los siguientes pasos potenciales son incorporar factores que pueden influir en el ritmo diario de sensibilidad al dolor, como la falta de sueño y el 'jet lag'. El modelo también podría ayudar a investigar cómo se reduce la sensibilidad al dolor con un tratamiento para el dolor crónico conocido como estimulación de la médula espinal.