Una vez enganchados a las redes ahora nos quieren enganchar al Metaverso, a otra vida virtual, algo que en pocos años podría ser una revolución.
El Metaverso es un mundo paralelo a éste en el que podremos jugar, amar, ir de fiesta, viajar y hacer turismo o trabajar a través de nuestro avatar, y por supuesto comprar, eso es lo más importante. Su potencial comercial será casi infinito, es decir que el que quiera podrá desdoblar su vida entre la real y la de Internet.
Ir a un concierto al otro lado del mundo sin salir de casa es posible en un universo irreal que ya es real llamado Metaverso.
Las marcas de lujo, las casas de subasta ya tienen sede aquí donde obras de arte, la ropa, los conciertos, las fiestas, todo es virtual y todo se puede comprar. También los edificios y los terrenos, a precios desorbitados.
Al final Covadonga ha optado por alquilar la tercera planta de este rascacielos donde ha inaugurado su periódico, como no, virtual.
Los habitantes de este universo intangible tienen su propio lenguaje y una moneda a los que algunos le ven mucho futuro. Este mundo paralelo no para de crecer.
Sobre semejante furor se está rodando un corto, una película que no ha hecho más que empezar.