Nuevos especímenes de la tortuga extinta 'Stupendemys Geographicus', descrita en 1970, revelan que fue 100 veces más pesada que sus parientes y tuvo un caparazón de tres metros y con cuernos. Hace unos 5 o 10 millones de años, estas tortugas gigantes deambulaban por pantanos de agua dulce en Suramérica.
La investigación publicada en la revista 'Science Advances', señala que los machos, a diferencia de las hembras, tenían caparazones con cuernos para proteger sus cráneos. A pesar de su tamaño, las marcas gigantes de mordiscos en los caparazones muestran que los depredadores, incluidos los caimanes enormes con forma de cocodrilo, no eran disuadidos por el enorme escudo del animal.
"El caparazón de algunos individuos de 'Stupendemys' alcanzó casi tres metros, lo que lo convirtió en una de las tortugas más grandes, si no la más grande que haya existido", explica Marcelo Sánchez, director del Instituto y Museo Paleontológico de la Universidad de Zurich y líder del estudio. La tortuga tenía un peso corporal estimado de 1.145 kilos, casi 100 veces la de su pariente vivo más cercano, la tortuga de cabeza grande del río Amazonas.
Esta gran tortuga tenía una dieta diversa: podía comer peces, caimanes, serpientes, moluscos o vegetación. Stupendemys, que significa 'tortuga estupenda', habitaba un colosal sistema de humedales que abarcaba Colombia, Venezuela, Brasil y Perú, antes de que se formaran los ríos Amazonas y Orinoco.