El Observatorio de Vigilancia Atmosférica de Izaña en Tenerife (España) ha comprobado a través de un análisis que la concentración media diaria de dióxido de carbono (CO2) supera ya el récord de 415 partículas por millón (ppm) registrado hace tres millones de años, momento en el que aún el hombre no habitaba en la Tierra.
Otro estudio internacional paralelo situado en el observatorio de Mauna Loa (Hawai, Estados Unidos) ha alcanzado también este dato a principios del mes de mayo. La cifra pasa así de 1,8 ppm al año a finales de los años 80 a 2,3 ppm en la actualidad, y agrava más aún el volumen de CO2 en el ambiente, un gas de efecto invernadero relacionado directamente con el cambio climático según el Ministerio para la Transición Ecológica.
Bien es cierto que el medio ambiente necesita de la existencia del equilibrio de dióxido de carbono (CO2) para realizar algunas funciones meteorológicas óptimas, ya que es el responsable de que el planeta presente una temperatura media adecuada para el desarrollo de la vida. Sin este gas, el planeta sufriría una serie de temperaturas bastante más bajas y, por el contrario, un exceso de este provocaría un calentamiento atmosférico desajustado.
El Observatorio de Izaña de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) ha situado el umbral en los 415 pp, aproximación que sitúa al "territorio como un área inexplorada para la humanidad" ya que nunca se había dado un registro similar.
En relación a este resultado, la AEMET alerta de que la previsión para el próximo año es que se alcanzará de nuevo una cifra superior a la existente en la "muy probablemente nunca más" se verán concentraciones por debajo de 400 ppm.