Un grupo de investigadores se ha topado en las Islas Canarias con dos nuevos linajes de mariposas hasta ahora desconocidos. Cuentan con unas cuantas singularidades: son nocturnas, en el caso de la mayoría de las hembras no tienen alas, y sus orugas tienen un curioso parecido con los ermitaños.
Lo han descubierto científicos del Instituto de Biología Evolutiva del CSIC y la Asociación Zerynthia en La Gomera y El Hierro.
Son de la familia de los psíquidos, un tipo de mariposas y polillas con muchas singularidades respecto a sus parientes más conocidos: la mencionada carencia de alas de la mayoría de las hembras, que los machos sí pueden volar pero no suelen sobrevivir más de un día como adultos y que sus orugas construyen su refugio acarreando materiales que encuentran en su entorno, de ahí lo del parecido con el cangrejo ermitaño.
En Canarias se conocían hasta ahora dos géneros de esta familia, Luffia, con cinco especies, y Amicta, representada en Gran Canaria, Tenerife, La Gomera, La Palma y El Hierro por lo que hasta ahora se creía que había una sola especie, Amicta cabrerai, descrita en 1894.
Un equipo de investigadores encabezado por Yeray Monasterio, de la Asociación Zerynthia, publica en el último número del “Boletín de la Sociedad Entomológica Aragonesa” pruebas de que en realidad esas mariposas nocturnas presentes en las cinco islas más occidentales pertenecen a tres especies diferentes, no a una: la documentada hace un siglo, en el caso de Gran Canaria, Tenerife y La Palma, otra exclusiva de La Gomera y una tercera endémica de El Hierro.
Las tres especies viven en entornos similares: en franjas de costa y medianías, por debajo de los 800 metros de altitud y en ambientes como el cardonal-tabaibal, el bosque termófilo y, en menor medida, en los alrededores de las masas de laurisilva.
En el caso de El Hierro, subrayan los autores del trabajo, el descubrimiento de la Amicta moneiba “tiene un gran interés”, porque la más joven de las islas de Canarias es también la que tiene menos especies de flora y fauna exclusivas de su territorio (112, sobre el total de 4.413 endemismos del archipiélago). Y respecto a La Gomera, la Amicta gara es el octavo lepidóptero endémico de la isla.
Este tipo de mariposas llegó a Canarias desde la costa africana y su evolución en las islas hizo que hace 10 millones de años se separaran genéticamente de sus parientes del continente. El estudio demuestra ahora que hace dos millones y medio de años Amicta gara y moneiba se distinguieron de la especie Amicta cabrerai y, hace unos dos millones de años, se separaron la una de la otra.
El trabajo también aborda cómo llegó a Canarias este tipo de mariposas de vida tan efímera y con hembras que no vuelan. Su hipótesis es que arribaron a Canarias sobre vegetación flotante a la deriva, arrastradas por fuertes tormentas; primero a Lanzarote y Fuerteventura (de donde hoy están desaparecidas) y desde esas dos islas fueron pasando al resto, en sentido este-oeste.