El invento tiene un tamaño muy parecido al de una secadora y saldrá a la venta por unos 700 euros dentro de dos años. 77.000 personas se han registrado en la web para poder realizar una reserva. Sus creadores, un grupo de expertos en robótica, destacan su fácil manejo (se parece mucho a meter los platos en el lavavajillas). Además dispone de un baño de vapor para reducir las arrugas y hace menos ruido que la propia lavadora. Las probabilidades de que FoldiMate haga “otra cosa” que no sea doblar nuestra ropa se limita a un 1%, según las especificaciones técnicas.
Este apartado de las tareas domésticas ha acaparado la atención de varios inventores en los últimos años. Una empresa japonesa presentó el año pasado una caja negra llamada Laundroid donde entraba la ropa hecha un higo y salía perfectamente doblada.
Estos inventos son un nuevo ejemplo de esa “economía disruptiva” que está rediseñando la forma en la que vivimos y también la manera en la que se producen bienes y servicios. ¿Serán capaces los robots del futuro de asumir puestos de trabajo que hoy en día hacen los humanos?
Este es un debate sobre el que cada vez más se habla en el mundo económico y para el que deberíamos prepararnos, según los que responden afirmativamente a esa pregunta. Por eso algunos han empezado a hacer campaña por una Renta Básica Universal que nos salve de la invasión de los robots “roba empleos”. Se trataría de asegurar unos ingresos para todos los habitantes, independientemente de si trabajan o no. Una especie de “dividendo digital”, tal y como lo han apodado en Silicon Valley, donde algunos creadores de este futuro ven la renta universal como algo inevitable.
Esta idea locaEl pasado domingo perdió por abrumadora mayoría (77% de los votantes dijo “NO” a 2.300 euros de sueldo al mes para todos los habitantes). La derrota lejos de marcar el fin del debate sobre la Renta Básica Universal, ha supuesto el pistoletazo de salida. Finlandia iniciará el año que viene un experimento para analizar el impacto de dar una paga a la población durante dos años.
Los robots llegarán y nuevas máquinas nos harán la vida más fácil. Pero para los calcetines al revés y sueltos todavía no hay solución. Los humanos seguiremos emparejándolos a mano. O no…