Quedan tan solo unos días para dar la bienvenida a uno de los espectáculos celestes más importantes del calendario astronómico. El próximo martes, día 12, el cielo nos va a regalar la posibilidad de ver la 'luna del castor', que será la primera luna llena o plenilunio de noviembre que seguro querrás fotografiar. Nuestro planeta se va a situar exactamente entre el Sol y la Luna para dejarnos un fenómeno con un nombre con historia. Te contamos todo lo que necesitas saber para verla.
La luna llena por excelencia de noviembre será visible desde la puesta de Sol hasta el amanecer del martes 12. Durante ese proceso, veremos una superluna, de tamaño más grande y más brillante de lo habitual, ya que este tipo de fenómeno astronómico se produce cuando la tierra está más cercana a la luna. En este momento el ángulo de elongación o de fase de nuestro satélite es de 180º y la iluminación es del 100%, es decir, si todo va bien, se verá más resplandeciente de lo que acostumbra.
Podremos disfrutar de este espectáculo desde casi todas las comunidades autónomas, aunque no en todas se verá igual. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) estima, con bastante incertidumbre, que la próxima semana se espera que continúen los vientos húmedos del noroeste, por lo que la inestabilidad y las precipitaciones seguirán sobre todo en la mitad norte. Por ello, las nubes podrían ser un condicionante fundamental para no poder disfrutar al cien por cien de la luna del castor en zonas del Cantábrico. En cuanto a las bajas presiones que podrían descolgarse durante el final del fin de semana, habrá que esperar para conocer con exactitud qué pasará. Lo recomendable es que te informes de la previsión en El Tiempo Hoy en las próximas jornadas.
Por el contrario, en el cuadrante suroeste peninsular el cielo nos regalará la oportunidad de verla como esta cita merece. Por allí, podremos ver la dimensión más extensa de la luna sin apenas nubes que nos lo impidan. Andalucía occidental se llevará la palma.
Este fenómeno astronómico que se produce en el mes de noviembre se reconoce como la 'luna del castor', 'luna helada' o 'luna escarchada'. El primer nombre, el más extendido, tiene su origen en base a dos teorías que se han sustentado desde hace siglos. Por un lado, se relaciona a esta luna con el momento en que los castores suelen preparar el alimento y la madriguera para refugiarse del frío invernal. Estos animales no hibernan, pero se vuelven menos activos en el invierno, por lo que tienen mucho que preparar antes de que las temperaturas noten un desplome pronunciado.
La otra explicación extendida hace referencia a la costumbre que tenían los antiguos cazadores de pieles de capturar a los castores justo antes del invierno para asegurarse una fuente de abrigo calentita. El plenilunio de noviembre se presentaba como la última noche para poner las trampas para atraparlos antes de que se congelaran los pantanos con las gélidas temperaturas. Durante esa madrugada tenían garantizado que estarían fuera de sus madrigueras para recoger el alimento, como expone la primera teoría.