En el artículo, publicado en la revista 'Frontiers in Earth Science', su autor, el arqueólogo David Wright, cuenta que comenzó revisando los datos que reflejan cuándo empezó el pastoreo en toda la región del Sáhara, y los comparó con los registros de extensión de matorrales, que muestra el cambio ecológico hacia condiciones desérticas.
Al comparar, pudo confirmar en parte su hipótesis: la fecha de inicio del cambio que secó el Sahara coincide con la primera llegada masiva de seres humanos a la región, que trajeron consigo la agricultura.
A partir de aquí, estas son sus conclusiones: mientras la agricultura iba secando la zona, el albedo (el porcentaje de radiación que cualquier superficie refleja sobre el suelo) aumentaba, y las lluvias monzónicas iban disminuyendo. A su vez, los habitantes se adaptaron a la ganadería para sobrevivir. Así el debilitamiento de los monzones provocó una mayor desertificación y pérdida de vegetación, promoviendo un bucle de retroalimentación que eventualmente se extendió por todo el Sahara.
*Imagen: Geoff Robinson Photography
Queda información bajo la superficie del Sáhara
Wright cree que hay una gran cantidad de información escondida bajo la superficie para completar la información y confirmar al 100% su hipótesis: "Había lagos por todas partes en el Sáhara, y tendrán los registros de la vegetación cambiante. Necesitamos profundizar en estos antiguos lechos del lago para obtener los registros de vegetación, mirar la arqueología y ver lo que la gente estaba haciendo allí".