Dentro de poco se producirá el pico de actividad de la lluvia de estrellas Leónidas, que tiene lugar entre el 6 y el 30 de noviembre de 2021. Te contamos cómo y cuándo ver los meteoros.
La tasa de actividad de las Leónidas suele ser modesta, entre 10 y 20 meteoros por hora, pero cada 33 años, coincidiendo con el paso de un cometa llamado 55P/Tempel-Tuttle por el perihelio de su órbita, las Leónidas dan lugar a espectaculares tormentas de meteoros llegando a una frecuencia de miles de meteoros por hora.
Algunas de estas tormentas estelares alcanzaron proporciones importantes, como la de la noche del 13 de noviembre de 1833 en la costa oeste de Estados Unidos.
Los meteoros de las Leónidas son fragmentos del cometa 55P/Tempel-Tuttle, que fue descubierto en 1865, y que tiene un periodo orbital de 33,2 años. Como todos los años por estas fechas, la Tierra atraviesa un anillo poblado con los fragmentos desprendidos del cometa en anteriores pasos cerca del Sol. Cuando uno de esos fragmentos (o meteoroides) entra en contacto con la atmósfera terrestre, se vaporiza por la fricción con el aire, creando así el resplandor luminoso que conocemos como meteoro o estrella fugaz.
Todos los meteoros de una lluvia parecen tener un único punto de origen. Este punto se denomina "radiante", y su localización se utiliza para nombrar a la lluvia de estrellas. Las Leónidas tienen su radiante en la constelación de Leo.
El 2021 será un mal año para la observación de las Leónidas, puesto que su momento de máxima actividad se producirá dos días antes de la luna llena.
La máxima actividad de la lluvia de las Leónidas se espera que tenga lugar la noche del 16 al 17 de noviembre; la casi coincidencia del máximo con el plenilunio, perjudicará la observación de los meteoros, informan desde el Observatorio Astronómico Nacional, perteneciente al Instituto Geográfico Nacional (IGN).
El lugar de observación puede ser cualquiera con tal de que proporcione un cielo oscuro. Es preferible observar desde un lugar que tenga pocos obstáculos para la vista (como edificios, árboles o montañas), y no utilizar instrumentos ópticos que nos limiten el campo de visión. Aunque las Leónidas parecen venir de la constelación de Leo (de ahí su nombre), se pueden ver en cualquier parte del cielo.
Conviene dirigir la mirada hacia las zonas más oscuras, en la dirección opuesta a la posición de la Luna si la observación se realiza antes de su ocaso, recomiendan desde el IGN. Lo más cómodo es sentarse o tumbarse y esperar a que la vista se acostumbre a la oscuridad.