Juteau dice que los yacimientos de metales del futuro están a 3.000 metros bajo el mar
EFE
21/03/200910:38 h.Este catedrático emérito de la Universidad de Brest (Francia) imparte desde el pasado miércoles y hasta el próximo 29 de abril un ciclo de conferencias sobre la corteza oceánica actual y la fósil en la Facultad de Ciencia y Tecnología de la Universidad del País Vasco.
Según ha explicado en una entrevista con Efe, las "fumarolas negras" son erupciones de agua muy caliente (350 grados) que surgen a 3.000 metros debajo del mar en la cadena de volcanes que se llama dorsal oceánica mundial, una estructura que mide más de 60.000 kilómetros de largo y atraviesa todos los océanos.
Esas "fumarolas", descubiertas en la década de los setenta del siglo pasado, son de color negro y contienen partículas de sulfuros metálicos (hierro, cobre, plomo y manganeso, entre otros) que se depositan poco a poco y edifican yacimientos de metales que pueden llegar a acumular millones de toneladas.
Los científicos están investigando actualmente dichos yacimientos para hacer mapas y estimaciones de reservas con vistas al futuro, con la seguridad de que, según ha indicado, "el próximo siglo, cuando se agoten los yacimientos terrestres, iremos a buscar esos metales".
"El problema -ha destacado- es que están a dos o tres kilómetros en el fondo de mar y ni es fácil recogerlos ni existe la técnica para sacarlos a la superficie, pero ocurrirá con ellos como ocurrió con el petróleo: cuando sea necesario, se extraerá".
Juteau ha señalado que hoy día "hay compañías australianas y japonesas que ya piden permisos de investigación para empezar a localizar dónde están los yacimientos, evaluarlos y decidir si los explotan".
Además de los metales, el descubrimiento de las "fumarolas" también supuso el hallazgo de un ecosistema de animales "totalmente independiente de la luz del sol" y que resultaba "inesperado a esas profundidades".
Este investigador francés ha señalado que queda mucho por explorar y muchos ecosistemas por descubrir ya que la dorsal oceánica "es inmensa" y sólo se conocen unos cien puntos, que presentan los mismos organismos base, como los gusanos, los mejillones, las gambas o los pulpos de otros ecosistemas marinos, pero son diferentes en todo lo demás.
Thierry Juteau, quien ha recorrido durante décadas los fondos oceánicos a bordo de submarinos y batiscafos, ha relatado que las inmersiones al fondo de los océanos no son aptas para claustrofóbicos.
Según ha afirmado, "impresiona" pensar todo el agua que tienes "por encima de la cabeza" cuando se está dentro de una cápsula a 6.000 metros de profundidad, como le ocurrió en una fosa en Perú.
"No da miedo -ha asegurado-, bajamos en una hora, porque bajas como una piedra hasta el fondo; estuvimos seis o siete horas en el fondo, y después tardamos dos horas en subir; se sube como una burbuja".
El mundo del océano profundo, ha dicho, es "uno de los medios naturales más hostiles para el hombre; un mundo oscuro a partir de los 300 metros de profundidad; muy frío y sometido a presiones colosales. Conquistar los fondos oceánicos ha sido tan difícil como pisar la Luna".
El geólogo también ha advertido de que todavía no hay contaminación en el suelo del océano, pero en el futuro le puede afectar el fenómeno del deshielo, ligado al cambio climático y al calentamiento del planeta, ya que está relacionado con las corrientes submarinas profundas.
La consecuencia sería, ha añadido, un cambio en la circulación mundial de corrientes calientes y frías y, por tanto, en los ecosistemas y las temperaturas.