La rinitis alérgica es una enfermedad crónica cada vez más común entre los niños. Ha asegurado la doctora Cristina Rivas, miembro del Grupo de Trabajo de Inmunoterapia de la SEICAP. Entre algunos de sus síntomas se encuentran estornudos, goteo de la nariz, taponamiento, dolor de cabeza, falta de concentración, dificultad para conciliar el sueño y picores en la nariz, los oídos y el paladar.
En función de la zona geográfica el niño presentará una alergia a un tipo de polen u otro, además, ha señalado que "en la zona del Mediterráneo y sur de España nos encontramos con más pacientes polisensibilizados que tienen síntomas nasales y oculares".
En este sentido, "los avances en el diagnóstico molecular nos han permitido una mayor precisión para conocer el alérgeno causal de la enfermedad, utilizando vacunas específicas individualizadas y personalizadas para la alergia concreta de cada niño", ha señalado.
Por su parte, la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP), ha advertido que los niños que presenten esta enfermedad deben ser derivados al pediatra alergólogo para iniciar un tratamiento de vacunación precoz que reduzca el riesgo de sufrir asma, por ello, han destacado la "importancia" de diferenciarlo de un catarro común. En este contexto, la Academia Europea de Alergia e Inmunología clínica (EAACI) ha recomendado llevar a cabo un tratamiento de entre 3 y 5 años de inmunoterapia subcutánea o sublingual para pacientes con rinitis alérgica como prevención para el asma.
Un estudio, realizado a niños de 11 países de Europa sobre la inmunoterapia con alérgenos, llamado GAP ha demostrado que este procedimiento con gramíneas tiene "importantes" efectos en la prevención del asma cuando el tratamiento se inicia a una edad más temprana, reduciendo sus síntomas hasta dos años después del tratamiento.
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