La inmunidad celular frente al coronavirus SARS-COV-2 va cobrando cada vez más importancia. No es la que miran los test serológicos, que detectan anticuerpos (la inmunidad humoral), no es la que se ha buscado en el estudio de seroprevalencia que dice que sólo un 5% de la población está inmunizada en España (con anticuerpos). Pero en estos seis meses de pandemia, los científicos que estudian la inmunidad frente al virus han pasado de mirarla de reojo a mirarla de frente. Porque todo va apuntando a que puede ser clave para explicar cómo lucha nuestro organismo contra este nuevo enemigo.
“Este es, probablemente, uno de los virus en los que más colabore la inmunidad celular”. Quien advierte de ello es Margarita del Val, viróloga e inmunóloga del CSIC que participaba este jueves en un debate organizado por la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular (SEBBM) junto a algunos de los científicos que más están dando la batalla al coronavirus desde la primera línea del frente: Isabel Sola, Mariano Esteban, Alfonso Valencia e Ismael Mingarro.
Se habló mucho en el debate de la inmunidad, y en eso, esta investigadora es veterana, conviene escucharla. “Ya vamos sabiendo que la inmunidad frente a este virus no es tan potente como la de otros (como con la varicela, por ejemplo, que no la pasamos más que una vez en la vida), pero sí es bastante fuerte, aún no hay casos de reinfecciones que sean más graves que la primera. Esto no es un SIDA, que nos va debilitando nuestro sistema inmune…”, avisa.
Hace unos días, conocíamos los resultados de un estudio de investigadores chinos que indican que los anticuerpos que se generan contra este virus decaen mucho y muy pronto, a partir de los dos meses tras pasar la infección. No parecían buenas noticias.
Pero también hemos conocido otro estudio de científicos alemanes que compensaba ése jarro de agua fría. Porque constataron que todos los infectados por SARS-COV-2 desarrollaron respuesta inmune celular. Todos tienen linfocitos de memoria que les pueden proteger en nuevas infecciones.
Y esto ha cambiado la perspectiva sobre nuestra respuesta frente al coronavirus. Tanto Del Val como otros investigadores participantes en el debate apuntan ahora el poder de la inmunidad celular. Es el caso de Mariano Esteban, virólogo del Centro Nacional de Biotecnología que lidera uno de los tres proyectos de vacuna del CSIC.
“Que haya un bajón de anticuerpos es algo que suele ocurrir, siempre hay una primera subida muy potente y luego tienden a bajar. El tema está en saber si esos anticuerpos son suficientes para proteger, y además hay que añadirles la respuesta celular. Es la combinación de las dos lo que determina si esas personas son capaces de controlar la infección durante un cierto tiempo. Esto lo iremos sabiendo con más estudios”, asegura Esteban.
Y tanto él como Del Val apuntan las implicaciones de estudios como estos a la hora de desarrollar la vacuna. Hasta ahora, todas se están centrando en ofrecer una buena respuesta de anticuerpos. Si se va viendo que la respuesta celular es importante, tendrá que jugar un papel también en la vacuna. “Aunque parece que los anticuerpos no duran mucho tiempo y no estarán al pie del cañón para defendernos en primera línea contra una infección dentro de varios meses o años, sabemos que con una vacuna podemos mejorar a la naturaleza. Ahora hay que aprender todo lo posible sobre esta respuesta inmunitaria, para ver cómo podemos mejorarla con la vacuna”, dice Del Val.
“Hay que ver qué ocurre con nuestro sistema inmunitario para ver cómo lo podemos potenciar con la vacuna. Con las vacunas, que serán varias”, matiza Esteban. “Las primeras quizá no consigan la mejor eficacia, pero habrá varias, nosotros por ejemplo estamos trabajando en tres”.
Mientras llegan las vacunas, hay que seguir aprendiendo todo lo posible sobre esta inmunidad natural que genera nuestro organismo. “Queremos ver la amplitud de la respuesta inmunitaria en los pacientes recuperados de la Covid-19”. Habla Del Val de amplitud de respuesta, de la humoral (anticuerpos) y la celular. Porque "cuando todos ayudan, es mejor. "Lo que hace la inmunidad celular es destruir las células infectadas, las fábricas de virus en el organismo. No solo hay que destruir los virus, sino también las fábricas de virus”.
El bioquímico de la UCM José Manuel Bautista, organizador del debate, apuntaba una cuestión: por qué se está viendo en algunos infectados más respuesta de anticuerpos y en otros más respuesta celular. “Es parte de la heterogeneidad de la población humana”, respondía la inmunóloga. Pero después, Del Val apuntaba algunas claves.
“Estamos trabajando con reactivos de diagnóstico que son muy jóvenes, no están optimizados y no son todo lo sensibles que deberían, por lo que pueden dar negativo en personas que realmente tienen una inmunidad. También estamos viendo que hay inmunidad cruzada en algunas personas… Lo importante es que este virus estimula toda la respuesta inmunitaria. Y eso es bueno”.
Que los anticuerpos bajen tan rápido es una mala noticia. Que nuestro organismo saque todo el arsenal de que dispone para combatir al virus (inmunidad de anticuerpos, inmunidad celular, inmunidad cruzada...) es buena. Porque puede que haya inmunizada más población de la que se está detectando. También es bueno que una de esas armas, la celular, aún no se haya podido estudiar apenas. Porque cuando pase el tiempo y se vaya conociendo más, es probable que nos depare nuevas sorpresas.
Hablando de inmunidad, cerraba el debate Del Val con un aviso a navegantes, algo de lo que viene advirtiendo desde hace tiempo. “Hay más virus circulando ahora que antes del estado de alarma”. Avisa, y lo explica, con los datos que van saliendo del estudio de seroprevalencia del Instituto de Salud Carlos III que analizó la inmunidad de la población. Los resultados de la segunda ronda los conocimos a principios de junio y estamos a punto de conocer los resultados de la tercera.
“A ése 5% que sale que tiene anticuerpos les han preguntado si se han hecho una PCR y han dado positivo en las últimas dos semanas, para ver cuántas de estas personas son todavía activas y pueden estar transmitiendo el virus. Y el porcentaje ha resultado ser bastante alto, nada menos que un 14%”.
Es decir, que de ése 5% de inmunizados, los casi dos millones y medio de personas que tienen anticuerpos frente a la Covid-19, al 14% les ha sido diagnosticada en las últimas dos semanas. Eso son unas 300.000 personas “con infección activa”, advierte.
Siendo incluso muy estrictos, dice la inmunóloga, y “aunque solo fueran contagiosas las que se la hayan hecho en los últimos 5 días, eso supone que tenemos todavía más de 100.000 personas que ahora mismo pueden contagiar, de las cuales un tercio además serán asintomáticas. Esto es más que antes del estado de alarma”.
Ahí queda el aviso. Pero también, una baza a nuestro favor: las medidas de contención. “Ahora lo tenemos controlado por las medidas de contención, porque la población ha aprendido unos hábitos. Pero hay que mantenerlos, porque el virus sigue ahí.