Este lunes todos los periódicos de Normanville, al sur de Australia, amanecían con la noticia del día: una adolescente casi es engullida por un tiburón blanco. Allí están más que acostumbrados a que campen este tipo de animales por sus aguas, pero lo realmente impresionante es que el animal no solo lo intentó una vez: después de que Chris y su otro hijo rescataran a la joven, el tiburón realizó varias intentonas zarandeando una y otra vez el bote en el que iban.
Los Williams iban en un bote metálico y una canoa, con los que se alejaron de la costa. Sarah iba en la segunda. Todo sucedió cuando se separaron unos 30 metros.
"Cuando me giré lo único que vi fue torso oscuro y el vientre blanco del tiburón saliendo del mar, mientras intentaba atrapar a Sarah antes de que esta volviera subirse a la canoa. Su grito fue indescriptible… ¡el tiburón iba a comerse a mi hija!", ha declarado a la 'Australian Broadcasting Corporation' el padre de la adolescente.
El padre ha detallado que, si hubieran tardado diez segundos más en rescatarla, "seguro que estaría muerta". Afortunadamente, la menor apenas sufrió daños, solo arañazos, algún corte leve y golpes. Este caso es el doceavo de una lista de incidentes con escualos en el país en lo que va de año; uno de ellos, mortal.