Romper el hielo con la IA generativa es muy fácil: basta con escribir cualquier mensaje y esperar su respuesta. Lo que no es tan sencillo es desbloquear todas las posibilidades que ofrece para ponerlas al servicio de la tarea que vayas a realizar. Antes de entrar en materia, conviene aclarar que un prompt es la instrucción que le damos a la IA para que realice una tarea.
Daniel M. Casas es formador especializado en IA y desarrollo web y explica que muchos usuarios creen que hablar con la IA “es como preguntar a Google”, cuando en realidad tienen que “darle unas pautas específicas”, sobre todo si el prompt es más personal. En sus clases, ayuda a los alumnos a perfeccionar las consultas que envían a los chatbots.
Uno de los ejemplos que pone consiste en pedirle a la IA que te ayude a negociar un aumento de sueldo. En este caso, “tengo que darle todos los datos y variables que necesita”: puesto de trabajo actual, experiencia, estudios universitarios… Hacer una tarea como esta con ayuda del chatbot “puede ser mucho más eficaz que si lo haces por tu cuenta”, pero hay que ser preciso en el prompt.
Para Casas, una de las claves es situar a la IA en el ámbito en el que tiene que desenvolverse. Para ello, recomienda comenzar el prompt con la fórmula “Actúa como [un experto]”. Ya después solo hace falta indicar qué tipo de profesional: actúa como un crítico de cine, historiador, guía turístico…
Lo siguiente es añadir el objetivo y, a continuación, se debe brindar todo el contexto necesario para que el prompt se ejecute correctamente. Siguiendo el ejemplo anterior, podríamos pedirle que actuara como un crítico de cine para escribir una reseña de una película concreta. Toda la información que le demos sobre el filme sería parte del contexto (actores, directores, argumento…).
Por último es necesario definir el formato de salida con el que necesitamos el texto. No es lo mismo una columna de opinión de un periódico que un guión para un vídeo de Youtube. Para personalizar mejor el resultado, Casas recomienda también añadir un estilo y tono. Por ejemplo, “enfocado a una audiencia joven”. Es en esta parte “donde deberíamos trabajar un poco nosotros ese estilo que le imprimimos”.
En clase les pide a los alumnos que usen películas que están en cartelera para así “comprobar que se conecta a Internet y que adquiere fuentes”. Gemini, la IA de Google, funciona muy bien con el tema de las fuentes, según Casas.
Casas insiste en que “nuestra tarea es verificar” las fuentes: “No podemos hacer las cosas automatizadas porque pueden salir verdaderas aberraciones pese a que el prompt sea perfecto”. Si se le pide a la IA, por ejemplo, información sobre la Revolución Industrial en Cataluña, se debe comprobar que los datos provengan de fuentes fiables, como las páginas web de los museos locales.
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