Cenando con dos amigos que son pareja, se niegan a desvelar el apelativo cariñoso con el que se llaman entre ellos. Preguntados por tanto secretismo, dicen que “de esta forma sabemos que somos nosotros cuando nos llamamos por teléfono”.
Otro conocido comenta que ha pactado con su pareja que colgarán cada vez que reciban una llamada del otro y volverán a marcar el número. De esta manera tan peculiar, se aseguran de que son ellos los que establecen comunicación y no les están suplantando.
Cada vez son más las personas que deciden acordar una palabra clave o contraseña con su pareja o familiares. Con un acuerdo tan sencillo como este podrían evitar ser víctimas de una ciberestafa por voz o vishing. La clave es que sea una pregunta o frase que no se haya hecho pública anteriormente y que no sea fácilmente deducible a partir del rastro que vamos dejando por Internet y las redes sociales.
Con las nuevas técnicas de clonación de voz, los ciberdelincuentes pueden usar una grabación para suplantar la identidad de un familiar. Con técnicas de ingeniería social, pueden llegar a fingir que están en una situación de vulnerabilidad para ‘forzar’ al familiar a enviarles dinero.
Hay muchas variantes, pero los estafadores suelen asegurarse de infundir miedo y presión en la víctima para que esta no pueda reaccionar. De contar con una contraseña familiar, el usuario podría comprobar fácilmente que la persona que se encuentra al otro lado es su ser querido y no una voz clonada.
Si no tienes claro que la persona al otro lado sea un conocido pidiendo ayuda, lo mejor es colgar directamente e intentar ponerse en contacto con la persona por la que supuestamente se hacen pasar. Si contesta y está bien, ya no habrá ninguna duda sobre la estafa.
Otra variante de esta estafa consiste en recibir mensajes de un número desconocido que se hace pasar por el familiar. En este caso, la comprobación es muy sencilla: contactar con la persona usando su número habitual y descubrir si se encuentra bien.
Lo mejor en cualquier caso es bloquear el número de teléfono y, si la aplicación lo permite, denunciarlo. En caso de ser víctima de una ciberestafa, suele ser complicado rastrear a los culpables y recuperar el dinero.
El abogado especializado en nuevas tecnologías, Fernando Navas Cusí, explica que los ciberdelincuentes muchas veces actúan desde países con los que es muy complicado colaborar judicialmente. Incluso en casos en los que “la estafa se realiza desde países europeos” puede tardar mucho tiempo en resolverse. Por eso la contraseña familiar puede ser una opción fácil para prevenir antes que curar.
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