La profesión médica celebra este lunes 30 su día internacional como un homenaje al compromiso de los médicos al servicio de la humanidad, con la salud y el bienestar de sus pacientes, en el respeto a los valores éticos de la profesión. Se trata de un reconocimiento a unos profesionales que la crisis de la covid-19 colocó en primera línea y que se enfrentan a retos como la falta de recursos de los sistemas públicos de salud o la irrupción de la inteligencia artificial en la toma de decisiones clínicas y de diagnóstico.
La pandemia no solo dio visibilidad a los médicos, sino que también puso de manifiesto la importancia de mantener sistemas públicos de salud robustos y bien financiados. Los médicos, además demostraron que, ante situaciones reales de crisis, las mejores soluciones vienen siempre de abajo arriba, es decir, desde los profesionales que están en contacto directo con los problemas hacia los responsables que toman las decisiones.
Así lo expresaba recientemente el presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España (CGCOM), Tomás Cobo Castro: "cuando vimos que los médicos lideraron los equipos y las ideas y procesos iban de abajo a arriba, ahí es hacia donde debemos dirigirnos para no volver a la vieja anormalidad".
Desde la cúpula médica colegial española también señalan la necesidad de garantizar la estabilidad en el empleo y apostar por la formación médica continuada.
La pandemia ha dejado también otras lecciones que están en el corazón de las políticas sanitarias impulsadas por la Unión Europea. La más importante es la necesidad de contar con una Atención Primaria robusta como puerta de acceso de los pacientes al sistema sanitario.
Los expertos reconocen que "en el ámbito de Atención Primaria tenemos un gran reto ahora mismo. Está en primera línea, con más contacto con la ciudadanía, además es el eje en el que está pivotando el cambio en la salud, como la prevención de la enfermedad y la promoción de hábitos saludables".
Quien así se explica es el director general de RRHH del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha (SESCAM), Íñigo Cortazar, quien reconoce también que "tenemos problemas tanto de cobertura de las plazas como de sustitución".
Se trata de un problema que no solo sucede en España, sino también más allá de nuestras fronteras y no solo de médicos también de enfermería.
Otro de los grandes retos a los que se enfrenta la profesión médica es la irrupción de la Inteligencia Artificial en los diagnósticos y toma de decisiones profesionales.
La inteligencia artificial (IA) ha aterrizado en la medicina y lo hacen especialmente en Atención Primaria, cardiología, neurología, así como oncología.
Precisamente, los médicos de familia son la puerta de entrada del paciente al sistema sanitario y donde la IA ha llegado de una manera tímida, por el momento.
La Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), por ejemplo, están trabajando en un sistema de triaje de pacientes, para que cuando el este quiera pedir cita en el centro de salud, el programa lo escuche y lo evalúe a partir de una selección de palabras clave de forma que pueda decidir la urgencia con la que tiene que ser atendido.
Además, con el fin de abordar la gran cantidad de pacientes crónicos que hay en el sistema, apuestan por un sistema de monitorización, por ejemplo, de la hipertensión, donde el paciente introduce sus valores y el sistema le adjudicará un color (verde, naranja o rojo en función de la gravedad). El médico al ver el color consulta su historia clínica y se comunica con el paciente si es necesario para controlarlo.
A pesar de este inmenso campo de posibilidades, la IA también presenta riesgos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido “cautela” en su uso en el ámbito sanitario y ha reclamado una mayor supervisión de los gobiernos en relación con este tipo de tecnologías.
En particular la OMS se refiere a las herramientas de modelos lingüísticos, como ChatGPT.
Expertas como la presidenta de la Asociación Española para la Inteligencia Artificial (Aepia), Alicia Troncoso. resume en dos los “grandes peligros” de la inteligencia artificial. Por un lado, todo lo relacionado con la protección de datos y por otro, asegurar que se hace un buen uso de la tecnología.
Otros expertos como el cardiólogo del Hospital de A Coruña se pregunta que, por ejemplo, si se da por bueno el diagnóstico de la “máquina” y es erróneo, quién es el responsable legal del mismo. Por otra parte, si el médico gana tiempo ya que hay tareas automáticas que la IA puede hacer, él tendrá que ver más pacientes, con el riesgo de sobrecarga.
Hans Eguia, miembro del grupo de trabajo de tecnología emergente de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), indica que si el programa no ha sido bien “entrenado” puede dar una información errónea. De esta forma puede generar incluso “bulos”, por eso es tan importante que lo validen los sanitarios.
Por su parte, el secretario de la Sociedad Española de Neurología, David Ezpeleta.ve necesaria una regulación y que los algoritmos estén aprobados por las autoridades sanitarias. Así se podrán acompasar los avances tecnológicos con las necesidades de la práctica clínica.
Otra opinión es la Jesús García Foncillas, jefe de Oncología de la Fundación Jiménez Díaz quien desde cierta postura optimista asegura que esas sombras se van a ir disipando y confía en que las herramientas vayan también mejorando y los datos se vayan depurando con más precisión.