La revolución de la IA creará posiblemente nuevas profesiones, pero también pondrá en peligro muchos puestos de trabajo. De hecho hay empresas como IBM que ya han frenado sus contrataciones y prevé eliminar hasta 8.000 puestos que cubren seres humanos.
El desarrollo vertiginoso de la Inteligencia Artificial generan mucha preocupación por el futuro inmediato. Muchos ven el futuro con inquietud y ya sufren lo que los psicólogos llaman pesimismo tecnológico. Algunos van más allá y declaran aterrorizados por la inteligencia artificial y la posibilidad de que nos suplanten o puedan -incluso- atentar contra los humanos.
Los expertos consideran que la IA y el debate sobre su desarrollo y utilización es ya una fuente de estrés importante para personas más aprensivas o incluso obsesivas de lo que le va a deparar su futuro, un futuro cada vez más parecido a lo que creíamos ciencia ficción.
Lo que nos han transmitido las películas sobre los robots y la IA no es tranquilizador: un mundo dominado por robots que tengan decisión propia, que puedan esclavizarnos o ponernos a su servicio, controlar la mente y hasta suplantar nuestras vidas.
Aparte de estos miedos que el visionario escritor Isaac Asimov auguró está también a que con sus capacidades infinitas la IA pueda hacer nuestros trabajos con más rapidez y eficiencia.
No ayudan las últimas decisiones de empresas como la de IBM que en los próximos cinco años dejará de contratar a a 8.000 humanos en favor de la inteligencia artificial. No será la única en hacerlo. Las previsiones económicas aseguran que la revolución digital afectará al 80% de los empleos en todo el mundo.
Tal vez solo estemos viendo el peor lado de la IA y la tecnologización nos dará más tiempo de ocio para conciliar. Por el momento, tengamos fe en el ser humano, fe en el futuro.