El hongo inteligente que se cura en dos minutos y aprende sin cerebro
A pesar de no contar con neuronas, es capaz de memorizar y de transmitir conocimientos a otros hongos
Sin ojos, ni extremidades, ni cerebro, pero capaz de resolver un laberinto hacia el alimento por el camino más corto. Se llama 'Blob' y forma parte de una exposición del Parque Zoológico de París. Pero ¿qué es? Por desagradable y poco interesante que pueda sonar, se trata de un hongo bastante inteligente que puede regenerarse en dos minutos cuando lo cortan. Ah, y tiene más de 700 sexos. De ahí que para su nombre se hayan inspirado en una película de terror alienígena que se remonta a 1958. Te contamos todo sobre este organismo único.
Su especie es 'physarum polycephalum' y, hasta el momento, no queda muy claro si es un animal, una planta o un hongo. Desde luego el misterio no es reciente. Basta indagar un poco para encontrar que en 2000 ya se pusieron a prueba las capacidades de este organismo unicelular 'de muchas cabezas', como también se le conoce, y que forma parte del grupo de protistas ameboides. Los resultados, como contaremos a continuación, dejaron de piedra a más de uno.
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El zoo de París que lo expone especifica en su web una serie de detalles de la criatura como, por ejemplo, que apareció hace mil millones de años, antes que los dinosaurios, y calcula que tiene unos 720 sexos, un inmenso abanico difícilmente superable. "Es casi inmortal", enuncia la misma página, únicamente teme al exceso de luz y la sequía. Es incluso apto para hibernar.
En el siguiente vídeo difundido por el zoológico dos especialistas explican cómo cultivarlo:
Entre los muchos experimentos que ha resulto 'Blob' se encuentra también uno de hace tres años, publicado en 'Proceedings of the Royal Society B', mediante el que unos científicos le enseñaron a cruzar un puente forrado con sal que inicialmente este moho rechazaba. Pero eso no fue lo más espectacular del descubrimiento: al combinar un hongo capaz de atravesarlo con uno que no lo consiguió, el conocimiento se transmitió entre ambos mediante una especie de fusión.
Es decir, esta especie no sólo puede aprender sin neuronas o resolver el camino más rápido hacia la comida, sino que también puede compartir lo que sabe con otros como él.