Las aves no suelen cambiar su canto. Normalmente, si entiendes un mínimo de pájaros, es fácil distinguir a un cuervo de una paloma, por ejemplo. Pero los gorriones se acaban de convertir en la primera excepción. Concretamente, los de garganta blanca tan típicos de Canadá. En 20 años, han ‘viralizado’ de oeste a este del país una rara melodía que termina con dos notas en lugar de la tradicional de tres, y que ha recorrido en total más de 3.000 kilómetros. La han puesto de moda en su especie.
Lo ha descubierto un equipo de biólogos canadienses que publican su estudio, el primero de este tipo, en la revista científica ‘Current Biology’. Si en la década de 1960, los gorriones gorgiblancos (Zonotrichia albicolis) silbaban una canción que terminaba en un triplete o repetición de tres notas, a finales de los 90 la melodía final ya había cambiado: el canto culminaba en dos notas.
Se dio cuenta el investigador Ken A. Otter cuando se mudó al oeste de Canadá: “Cuando me mudé por primera vez a Príncipe George en la Columbia Británica, cantaban algo atípico de lo que era la clásica canción de gorrión de garganta blanca del este de Canadá”, cuenta. En 30 años, la variante de la canción que terminaba en dos notas o doblete se había hecho universal al oeste de las Montañas Rocosas, una cadena montañosa que separa los estados canadienses de Columbia Británica y Alberta.
Atraídos por este fenómeno, que también había constatado el investigador Scott Ramsay, a partir del año 2001, Otter y su equipo se pusieron a rastrear la variación de la canción, sobre todo al oeste de Canadá, donde parecía ser popular. Al principio “pensamos que la nueva canción había surgido y se había arraigado allí porque las aves más jóvenes no tenían muchos más tutores de los que aprender”, le cuenta Otter a la agencia de noticias Sinc.
Cuando los científicos se pusieron a grabar los cantos de los pájaros, descubrieron que la canción también se estaba extendiendo rápidamente por Canadá más allá de esta pequeña y periférica población occidental. “Originalmente, cuando medimos los límites geográficos del dialecto en 2004, este se detenía a medio camino de Alberta”, recalca el profesor de Biología en la Universidad del Norte de Columbia Británica.
Sin embargo, diez años más tarde, en 2014, al comparar los registros grabados por los científicos, cada macho parecía cantar la canción occidental con el doblete final en lugar de la tradicional. “Empezamos entonces a escucharla en poblaciones tan lejanas como Ontario, que está a 3.000 kilómetros de nosotros”, subraya Otter.
Fue en ese momento que los investigadores se pusieron en contacto con colegas de todo el país en busca de grabaciones del canto de los gorriones gorgiblancos. También iniciaron un proyecto de ciencia ciudadana con archivos de canciones de Xero-canto y empezaron a analizar los sonidos de los de eBird y Macaulay Library, grabados por ciudadanos norteamericanos y subidos a las plataformas junto con las coordenadas de los lugares donde fueron captados.
“Así pudimos recopilar grabaciones de canciones de cientos de gorriones macho de toda América del Norte, algo que nunca podríamos haber hecho por nuestra cuenta”, asegura Otter. “No conocemos ningún otro estudio que haya visto este patrón de propagación a través de la evolución cultural de un tipo de canción”, continúa.
Los científicos aún desconocen por qué las aves están alterando el patrón final de la canción, pero sí pudieron predecir su expansión. “Sabemos que las aves cantan en las zonas de invernada, por lo que los machos juveniles pueden escuchar nuevos tipos de canciones si pasan el invierno con aves de otras áreas del dialecto, y llevarlas a nuevas zonas cuando regresan a los lugares de reproducción”, concreta Otter.
El equipo utilizó geolocalizadores para seguirles la pista. No solo determinaron que la canción se estaba expandiendo a través del país desde estos lugares, sino que también estaba reemplazando al canto tradicional, algo inaudito en pájaros cantores macho.