Un estudio publicado en la revista científica Nature revela que el deshielo del Ártico no está ocurriendo tan rápido, pero sigue ocurriendo. El glaciar Jakobshavn se está recuperando rápidamente, a pesar del preocupante deshielo de los polos.
En el caso de Jakobshavn el hielo que lo conforma se ha engrosado ligeramente, gracias a las aguas relativamente frías en su base, ralentizando el deshielo, revertiendo la tendencia de 20 años. Sin embargo, según advierten los investigadores de la NASA esta noticia no es necesariamente buena, debido a que afecta el nivel del mar.
"La idea era que, una vez que los glaciares empezaran a retirarse, nada los pararía", asegura Josh Willis, oceanógrafo del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA y científico principal de OMG. "Hemos descubierto que no es así."
Los científicos explican la frenada del deshielo del glaciar por la entrada reciente de agua fría del Atlántico norte en el Ártico, sobre todo en la bahía de Disko. A una profundidad de 250 metros, las temperaturas han descendido dos grados Celsius desde 2014 y es esta agua más fría la que ha contribuido a que el glaciar ralentice su deshielo. Esto no será así para siempre.
Gracias al ciclo natural en el océano Atlántico, que oscila entre cálido y frío casi una vez cada 20 años, penetran aguas más frías en la costa occidental de Groenlandia. Esta fase cambiará de nuevo y llegarán las aguas más cálidas.