Eta acuáridas: el origen de la lluvia de estrellas que tendrá lugar a finales de julio
Las estrellas fugaces son en realidad restos de cometas que impactan en la atmósfera terrestre
Las eta acuáridas alcanzan su pico de actividad en torno al 30 de julio
Por su coincidencia con la luna creciente bastante deslumbrante, será complicado que las veamos con claridad
El cielo está dejando algunos eventos dignos de ver este mes, empezando por el cometa Neowise y pasando por los atardeceres calimosos con tonos anaranjados. Desde este 12 de julio se suma a la observación la lluvia de estrellas eta acuáridas, que alcanzarán su pico de actividad a finales de mes. ¿Sabes dónde se originan?
El origen de las eta acuáridas
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De vez en cuando, nuestro planeta cruza una zona de su órbita plagada de ‘restos’ de cometas. Uno de esos cometas es el 96P Machholz, que entra en la categoría de los que se consideran ‘de corto periodo’ por completar una vuelta en menos de 200 años (como también es el famoso Halley, por ejemplo). 96P Machholz orbita alrededor del Sol cada 5 años aproximadamente.
Los restos que se encuentra la Tierra impactan contra nuestra atmósfera a gran velocidad y, como resultado, se produce una fricción que crea eso que llamamos estrella fugaz y, cuando alcanzan una actividad considerable, lluvia de meteoros o de estrellas.
Cómo ver la lluvia de estrellas de julio
Este mes no solo se producen las eta acuáridas, también las perseidas. Las segundas, no obstante, serán más activas las noches del 11 al 13 de agosto, pero no descartes si cazas una estrella estos días que se trate de una persida y no una eta acuárida. El motivo es que son más fácilmente observables, y por eso suelen ser las más populares del verano.
El problema con las eta acuáridas este año no tendrá que ver, en principio, con el estado de los cielos. Mucho tendría que cambiar la situación. Su difícil avistamiento se va a deber a que el pico de actividad, cuando un mayor número cruzará el firmamento, coincidirá con una luna creciente a punto de ser plenilunio que eclipsará su brillo. Estarán ahí, por tanto, pero será complicado que las veamos o fotografiemos.
Eso sí, no pierdas la oportunidad de escaparte, si puedes, a un lugar oscuro, lejos de la contaminación lumínica de la ciudad, a observar el cielo. La Luna será casi imperceptible entre el 17 y el 22 de julio y permitirá que ver algún que otro meteoro si tienes suerte.