La técnica utilizada en este experimento es la ATRT, es decir, Alimentación Temprana con Restricción de Tiempo. Se basa en realizar todas las comidas del día antes de las tres de la tarde para alinear la ingesta de comida con el ritmo circadiano y con el metabolismo.
La investigación, publicada en la revista Cell Metabolism, se basó en analizar la alimentación de ocho hombres con prediabetes durante un período de cinco semanas. El experimento constó de dos partes y en la primera de ellas, los individuos se sometieron a la ATRT y desayunaron entre las 6.30 y las 8.30 y cenaron, como muy tarde, a las 15.00 horas. Luego realizaron ayuno hasta la mañana siguiente.
En la siguiente fase, los hombres volvieron a su dieta normal y comieron durante 12 horas. En ambas partes del experimento, todos los participantes ingirieron los mismos alimentos para que la prueba funcionara correctamente.
Todos los sujetos fueron monitoreados a lo largo del experimento y los resultados de realizar la ATRT fueron sorprendentes. Se redujo una reducción del apetito nocturno, la tensión arterial y el estrés.
“Nuestros cuerpos están optimizados para hacer ciertas cosas en ciertos momentos del día y comer en sincronía con nuestros ritmos circadianos parece mejorar la salud. Los hallazgos demuestran que el tiempo de ingesta puede ser más importante que el número de calorías consumidas”, expone Peterson, uno de los investigadores, en declaraciones recogidas por RT.