La nueva estrella, conocida como SMSS J031300.36-670839.3, supera al astro más viejo conocido hasta ahora, que sumaba 13.200 millones de años.
Según han indicado los autores el astro puede aportar una visión de cómo fueron las primeras estrellas del cosmos.
Una de las principales características de esta estrella, que ha sido una de las pistas que ha llevado a su hallazgo, es que no contiene hierro. No se puede decir con certeza que la presencia de hierro sea cero, pero las observaciones realizadas durante el estudio indicaron que si este elemento está presente es menos de un millonésima de la cantidad que existe en el Sol.
En este sentido, los expertos han explicado que el Big Bang sólo fue capaz de producir los tres elementos más ligeros: hidrógeno, helio y una pizca de litio, de ahí que esta ausencia de hierro sea determinante en la datación de este cuerpo.
En cuanto al resto de elementos que existen en el cosmos, se formaron a través de las primeras estrellas, astros gigantes azules que, por la presión ejercida por la gravedad en su núcleo de hidrógeno, explotaban en supernovas. Sus átomos se esparcían por el espacio, donde se generaban nubes de gas que darían origen a la siguiente generación de los siguientes objetos estelares.
Esta es la razón de la presencia de algunos elementos pesados en SMSS J031300.36-670839.3, según señalan los cálculos de Keller y su equipo, que han sido publicados en 'Nature'. El trabajo indica que la estrella se enriqueció con una detonación de supernova, perteneciente a las primeras estrellas que se crearon en el Universo.
Keller también ha destacado del nuevo objeto que está a 6.000 años luz de la Tierra, es decir, a la suficiente distancia como para, por ejemplo, tratar de encontrar pruebas de un sistema planetario a su alrededor. En principio, la escasa presencia de elementos pesados en el astro no propician la creación de mundo en su entorno, pero los expertos aseguran que se estudiará de todas formas para confirmar las teorías existentes sobre la formación de planetas.
Para este trabajo se ha utilizado telescopio SkyMapper, capaz de capturar una gran porción del cielo cada noche. Las imágenes se procesan en un sólo día para extraer el brillo de todos los objetos registrados. Este brillo se mide a través de una serie de filtros de cristal óptico y cada filtro selecciona un color diferente desde el ultravioleta al infrarrojo cercano.