Restos de un dinosaurio desconocido han sido descubiertos en España por un grupo de investigación del Instituto Catalán de Paleontología (ICP) en Conca Dellà. La criatura, parecida a las aves de la actualidad, habría vivido, según los resultados de los análisis, hace 66 millones de años, en el periodo Cretácico final.
El nuevo dinosaurio troodóntido (Troodontidae) ha sido bautizado ‘Tamarro insperatus’. Según el estudio, que ha sido publicado en la revista científica ‘Nature’, la especie pertenecía a la familia del jinfengopterígidos, originario de Asia, lo cual constituye una prueba de las migraciones masivas que se produjeron de Asia a Europa.
Este troodóntido crecía rápido, como lo hacen aves como emús o los avestruces de hoy en día, alcanzando los 2 metros en los dos primeros años de vida. Aunque no todos los terópodos eran grandes, algunos eran llamativamente pequeños y pesaban tan sólo 1 kilogramo. Esto podía deberse, apunta el estudio, “a la falta de espacio y recursos en sus hábitats insulares”.
Durante el último Cretácico, Europa era una serie de islas pobladas por dinosaurios y otros vertebrados. Hasta donde se sabe, la presencia más temprana de troodóntidos en Europa se dio en el oeste de Francia, donde se descubrió un diente aislado que pertenecía a un ejemplar que vivió en la era del Cenomaniano temprano (hace 100-94 millones de años).
“Todavía existen grandes lagunas en nuestra comprensión de estas faunas insulares, en términos de su composición y su evolución a lo largo del tiempo”, dicen los investigadores, principalmente porque se han encontrado dientes aislados y fragmentos de cáscara de huevos, pero en cambio los fósiles óseos de terópodos (como los hallados en España) son extremadamente escasos.
De hecho, “el descubrimiento del nuevo troodóntido basal Tamarro insperatus al final del Cretácico representa la primera evidencia de huesos de Troodontidae en Europa”, apunta el estudio de ‘Nature’.
Todo apunta a que el 'Tamarro insperatus', como era habitual en la mayoría de los troodóntidos, era un carroñero o depredador de pequeños reptiles, mamíferos e insectos. Los investigadores encuentran cierta similitud con los halcones y águilas, en el sentido de que podía alimentarse también de animales grandes agarrando la carne y tirando con fuerza de ella.
En cuanto al troodóntido cuyos restos óseos han sido encontrados en España, los científicos han concluido que pertenecen a un ejemplar que aún no había alcanzado la edad adulta cuando murió, aunque creen que “alcanzó el tamaño subadulto rápidamente”, concluyen.