Es el momento de las células T, “su momento de brillar". Lo advertía hace unos días, en la revista Science, la viróloga Wendy Burgers, autora de un estudio reciente que ha comprobado que, frente a ómicron, estas células resisten mucho mejor que los anticuerpos. Hablamos de la llamada inmunidad celular, esa otra arma de la que disponemos, además de los anticuerpos, cuando nos enfrentamos al virus. Igual o más potente que ellos. Pero mucho menos estudiada hasta ahora.
Burgers no es la única que piensa que ha llegado “su momento”. Varios científicos reivindican, desde hace tiempo, su papel clave para hacer frente a las variantes del virus. Y algunos, además, lo estudian. Es el caso de Eduardo López-Collazo, director científico del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital de La Paz (IDiPAZ), donde coordina, además, el área de Respuesta Inmune y Enfermedades Infecciosas.
El investigador tiene en marcha un estudio sobre inmunidad celular, que acaba de publicar sus primeros resultados, para ir hacia una estrategia de vacunación más personalizada, no basada en dosis y dosis de refuerzo para todos. Porque si una persona tiene inmunidad celular, advierte, “no es necesario reforzar el sistema inmunitario con una nueva dosis”. En esta entrevista explica por qué y hablamos de todo ello.
Pregunta: ¿Podemos estar tranquilos frente a ómicron aunque no hayamos recibido la tercera dosis? Todavía hay mucha gente que está con dos, esperando la tercera. Si se contagian, ¿deben estar preocupados? ¿Están bien protegidos por la inmunidad celular?
Respuesta: Es mi caso. Yo estoy tranquilo porque sé que tengo inmunidad celular, por lo que me voy a defender bastante bien frente a esta variante. Aunque todavía no tenemos datos sobre qué hace exactamente esta variante, está claro que nos podemos defender bien. De hecho, hay una gran cantidad de infectados en esta ola, pero hay muchos menos hospitalizados. Porque tenemos una gran cantidad de personas vacunadas con inmunidad celular, que actúa con una cierta demora, pero frena la enfermedad grave.
P: ¿Cómo funciona la respuesta inmune celular? Es menos rápida, pero más potente y completa.
R: Sí, la inmunidad es de dos tipos: humoral, que son los anticuerpos, y celular, las células. En la humoral hay unos anticuerpos, producidos en gran cantidad, que impiden que el virus infecte a las células, y lo hacen muy rápido. Lo que pasa es que esa inmunidad va cayendo con el tiempo. La celular está ahí, latente. Al llegar el virus tarda un poco en activarse, pero empieza a producir células que van a atacar al virus y a producir anticuerpos nuevos. Por eso, con esta variante, sabemos que la persona puede infectarse pero no cursa enfermedad grave.
Ahora mismo, hay tres escenarios posibles: que la persona no se infecte, que se infecte pero sea asintomática, o que se infecte y tenga síntomas leves o moderados. Pero no va a ingresar y mucho menos va a morir. En algún caso puede ocurrir que sí, pero sería por tener comorbilidades.
P: En vuestro estudio habéis analizado las respuestas inmunitarias inducidas por la vacuna de Pfizer en personas que han pasado la covid y en otras que no la han pasado. Lo habéis hecho a corto y a largo plazo (14 días, 21 días y 8 meses) tras la vacuna. ¿Qué habéis visto?
R: Tenemos datos de más de 8 meses de personas vacunadas con dos dosis, sí, y algunas de ellas incluso han pasado la covid. Lo que hemos visto es que ambos grupos mantienen la inmunidad celular, cuando no es así con los anticuerpos. Tienen capacidad para generar una respuesta de células que van a atacar al virus y también van a empezar a generar anticuerpos nuevos. Esto lo hemos visto tras 8 meses de la segunda dosis. Pero son voluntarios que seguimos desde antes de que se vacunaran con la primera, les estamos haciendo un seguimiento muy largo.
Hemos comprobado también que son necesarias dos dosis en aquellos que nunca se infectaron, pero en los que sí se infectaron, con una es bastante. Y que al principio, la inmunidad celular es mucho mayor en los que nunca se infectaron. Aunque, al pasar el tiempo, los niveles son muy similares, después de 8 o 9 meses esa inmunidad celular ya es muy similar.
P: ¿Por qué al principio es mayor en los que nunca se infectaron?
R: Porque lo más probable sea que los infectados ya deban tener algo de inmunidad celular, por la propia infección, y entonces no es necesario que se active tanto al comienzo. Pero esto es sólo una especulación. Con el tiempo ya es muy parecida y muy buena en ambos grupos.
P: Ahora estáis estudiando la capacidad del sistema inmune para defendernos frente a ómicron una vez puesta la tercera dosis. ¿Qué estáis viendo?
R: De esto todavía no sabemos nada. Parece que la respuesta se refuerza bastante, pero lo iremos viendo en las próximas semanas. A principios de febrero ya tendremos resultados.
P: Un estudio reciente en Japón
R: Tiene lógica inmunológica. La tercera dosis no es estrictamente necesario darla rápido en aquellas personas que ya se hayan infectado. Tampoco en personas que tengan la pauta completa reciente. Si tienen inmunidad celular, no es necesario reforzar de nuevo el sistema inmunitario con una nueva dosis. Sería mejor destinarla a otra parte del planeta, donde hagan falta más vacunas.
P: ¿No sería necesaria nunca o habría que darla más tarde?
R: Buena pregunta. Yo lo que haría es un test para poder saber si la persona tiene inmunidad celular o no, y si no la tiene la pondría, pero si tiene, no. Porque sabiendo que muchos tienen inmunidad celular estaríamos tirando dosis que serían necesarias en otros lugares. Y también, además, quizá estemos reforzando demasiado y no sabemos si a largo plazo podría dar problemas.
P: ¿Pero existe alguna forma de medir eso, de saber si se tiene inmunidad celular?
R: Sí. Pero hoy por hoy no tenemos prueba rápida para esto. Medir anticuerpos es fácil, pero lo otro necesita más tecnología y más tiempo, porque además la respuesta es multifactorial. Un ejemplo: tú puedes decir que eres tolerante a otras razas, por ejemplo, pero hasta que no convives con alguien de otra raza no lo sabes realmente, porque no sabes cómo es tu reacción. La inmunidad celular es lo mismo, solo es evidente cuando se activa.
Lo que hacemos, al estudiarla, es extraer la sangre a la persona y exponerla a una simulación del virus durante 5 días, y a partir de ahí tenemos que medir varios factores para ver si hay inmunidad celular o no. Eso hay que implementarlo y yo lo haría de una forma más masiva, para saber a quién hay que vacunar y a quién no. Se necesita más inversión en ese sentido y la intención política de hacerlo. Pero para eso hay que aprender mucho de cosas que hasta ahora no han sido prioritarias, como la inmunidad celular y la covid persistente.
P: Entonces, ¿puede que algunas personas no generen inmunidad celular?
R: Sí. O que hayan generado poca. El problema es que no lo sabemos. En nuestro estudio, hemos visto que todos la han generado. Pero habría que tener una muestra enorme, mucho más grande, para saberlo a ciencia cierta. Hablo de millones de personas. Si entonces se viera que la gran mayoría sí la genera, pues ya se podría extrapolar.
P: Pero si la respuesta celular es tan importante
R: Porque falla entender el concepto, que es más complejo que el de anticuerpos. Uno no se vuelve inmunólogo en un año, pero hay que fiarse de lo que estamos diciendo los inmunólogos. En España no hay ningún estudio como el nuestro, y en el mundo hay muy pocos. Faltan ensayos robustos sobre esto, no se ha apostado por ello y hay que empezar a hacerlo.
En España se ha apostado mucho y muy bien por la vacuna, pero ahora toca apostar por un seguimiento más personalizado de las pautas de vacunación. Y ponerla en aquellas personas que realmente necesiten una tercera y cuarta dosis, no en toda la población.
P: Al comienzo de la pandemia, algunos científicos ya advertían de que la inmunidad celular iba a ser clave en este coronavirus, y luego se ha demostrado que lo es. Ahora se está viendo, incluso, que algunos científicos ya advertían de que la inmunidad celular iba a ser clavecon las células T puede haber inmunidad cruzada
R: Puede ser posible, pero no se puede jugar todas las barajas a ello. Esto de la inmunidad cruzada con los resfriados comunes tampoco es algo que esté confirmado. De momento, son estudios muy preliminares.
P: ¿Veremos vacunas en el futuro que induzcan una potente respuesta celular, más centradas en fortalecer esa respuesta que en los anticuerpos?
R: Las vacunas siempre van a generar primero una inmunidad humoral y luego celular. ¿Que se quiera optar por aquellas que la refuercen? Puede ser. Pero no conozco ningún proyecto al respecto.
P: ¿El desarrollo de vacunas no va por ahí de momento?
R: No.
P: Son muchos los inmunólogos contrarios a esta estrategia de dosis y dosis de refuerzo para todos. La propia EMA acaba de decir que no le parece la más apropiada.
R: No tiene sentido. Se está haciendo porque se ha aprendido sólo un concepto y se está aplicando: vacunas para todos. Y entonces ponemos una segunda, y una tercera… pero con eso no estás resolviendo el problema del todo. Y puedes estar creando, de hecho, un nuevo problema en el futuro: porque refuerzos repetitivos en un tiempo corto de una misma vacuna pueden crear problemas de autoinmunidad en el futuro. Esto es solo una especulación, pero hablamos de un futuro no muy lejano, de pocos meses. Hay que empezar a hacer las cosas con cabeza, no se dan cuenta de que existen otras cosas.