Encuentran un virus muy similar al SARS-CoV-2 en murciélagos
El RmYN02 tiene características en común con el SARS-CoV-2
La investigación se basó en el análisis de 227 murciélagos
La OMS y China ya apuntaron al origen animal del SARS-CoV-2
Un nuevo estudio ha encontrado en murciélagos un virus muy parecido al SARS-CoV-2 que han llamado RmYN02, lo que respalda las conclusiones expuestas por el equipo de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) destinado en China para investigar los orígenes del coronavirus
El estudio, dirigido por Weifeng Shi, del Instituto de Biología de Patógenos en la Primera Universidad Médica de Shandong en China, y publicado en 'Current Biology', respalda la teoría de que "los murciélagos son los huéspedes naturales más probables del SARS-CoV-2", a pesar de que los orígenes del virus siguen sin estar claros.
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"Nuestro estudio reafirma que los murciélagos, en particular los del género Rhinolophus, son reservorios naturales importantes para los coronavirus y actualmente albergan a los parientes más cercanos del SARS-CoV-2, aunque esta imagen puede cambiar con un mayor muestreo de vida silvestre", afirma Shi, según publica 'Science Alert'.
La investigación basada en el análisis de 227 murciélagos
Con este trabajo, que se basa en el análisis metagenómico de muestras de 227 murciélagos capturados en la provincia china de Yunnan entre mayo y octubre de 2019, el equipo de científicos descubrió dos genomas casi completos: el RmYN01 y RmYN02.
En el primer caso, no había muchas coincidencias con el SARS-CoV-2. Sin embargo, descubrieron que el otro, el RmYN02 "comparte el 93,3% de identidad de nucleótidos con SARS-CoV-2 a escala del genoma completo del virus y 97,2% de identidad en el gen 1ab, en el que es el pariente más cercano del SARS-CoV-2 que se ha conocido hasta la fecha".
Esto significa que al igual que el SARS-CoV-2, el RmYN02 tiene inserciones de aminoácidos en el punto donde se encuentran las dos subunidades (S1 y S2) de su proteína espiga, que utiliza para acoplarse a las células humanas e infectarlas. Así, aunque no se trata de los mismos aminoácidos, se demuestra que esto puede ocurrir de forma natural, sin la intervención del hombre.
Desde el descubrimiento del SARS-CoV-2 ha habido una serie de sugerencias infundadas de que el virus tiene un origen de laboratorio
"Desde el descubrimiento del SARS-CoV-2 ha habido una serie de sugerencias infundadas de que el virus tiene un origen de laboratorio. En particular, se ha sugerido que la inserción de S1/S2 es muy inusual y tal vez indica una manipulación de laboratorio. Nuestro trabajo muestra muy claramente que estos eventos ocurren naturalmente en la vida silvestre. Esto proporciona una fuerte evidencia en contra de que el SARS-CoV-2 haya escapado de un laboratorio", explicaba Weifeng Shi al respecto.
El estudio no demuestra que alguno de estos virus sea el antepasado del SARS-CoV-2, especifican. De hecho, ni siquiera el que más se acerca hasta la fecha, el RaTG13, que coincide en el 96,1 por ciento de ARN, lo prueba así porque "todavía existe una brecha evolutiva entre estos virus", explica Shi.
Lo que sí hace este estudio es sugerir que el muestreo de más especies de la vida silvestre "revelará virus que están aún más estrechamente relacionados con el SARS-CoV-2 y quizás incluso con sus ancestros directos, lo que nos dirá mucho sobre cómo surgió este virus en los humanos".
La OMS y China también apuntan a un origen animal
Por su parte, el equipo de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) destinado en China para investigar los orígenes del coronavirus concluyó en febrero que el SARS-CoV-2 es de origen animal y que "no hay evidencia" de que hubiera transmisión antes de su detección en diciembre de 2019 en Wuhan.
En sus conclusiones, indicaron que todavía no es posible determinar cómo se introdujo el virus de la COVID-19 en el mercado de Huanan, pero aseguran que estaba ya circulando por otros puntos de la ciudad en esas fechas. En cualquier caso, los expertos rechazaron que se estuviera propagando por la ciudad china antes de finales de 2019.
Peter Ben Embarek, especialista en seguridad alimentaria y enfermedades animales de la OMS y presidente del equipo de investigación en Wuhan, baraja "cuatro hipótesis" sobre cómo el virus de la COVID-19 saltó a los humanos. En primer lugar, el salto directo de un animal a un humano; la segunda, del murciélago y a través de especies animales intermediarias, con un segundo animal involucrado que sea "potencialmente más cercano a los humanos en el que el virus se adapta fácilmente y salta a los humanos". La tercera teoría, que también fue defendida por Liang Wannian, jefe del panel de expertos COVID-19 del Ministerio de Salud chino, es la posibilidad de que los productos congelados actúen como superficie de transmisión del virus a la población humana o vías de transmisión relacionadas con la alimentación. El experto chino realizaba esta argumentación para sugerir que el virus pudo ser importado a China desde otras zonas del mundo, un hecho que tampoco ha descartado Embarek completamente.
"Nuestros hallazgos iniciales sugieren que la vía del animal intermedio es la más probable y la que requerirá más estudios más específicos", señalaba entonces, aunque reconociendo la validez de que el virus podría haberse transmitido por la vía de la cadena de frío.
En este contexto, Embarek ha sostenido que será necesario investigar las poblaciones de murciélagos fuera de China, ya que, tal y como ha manifestado el jefe del panel de expertos COVID-19 del Ministerio de Salud chino, el muestreo de las cuevas de murciélagos en Wuhan y de otros lugares con animales no ha logrado hasta ahora establecer una relación suficientemente sólida.
Liang Wannian ha apuntado a los murciélagos y a lo pangolines como huéspedes del SARS-CoV-2 antes de que saltara a los humanos, pero ha dicho que "los virus identificados de estos dos animales hasta ahora no son lo suficientemente similares" como para afirmar con rotundidad que son los reservorios. Según las teorías del grupo de investigación, la familia de los felinos también podría ser un reservorio potencial del coronavirus dada la susceptibilidad de los visones y los gatos al COVID-19.
Teniendo en cuenta las pruebas del origen zoonótico del coronavirus, la OMS descartaba seguir investigando la teoría de que el virus de la COVID-19 fue originado en el laboratorio. "Es extremadamente improbable que explique la introducción del virus en la población humana y, por tanto, no es una hipótesis que implique futuros estudios para apoyar nuestro trabajo de comprensión del origen del virus", ha detallado.