La crisis del espionaje en España, el hecho de que los móviles -en teoría- más inaccesibles hayan sido espiados, ha provocado que numerosas empresas vigilen con mucha más atención sus dispositivos móviles, ordenadores, routers y redes WiFi, en busca de posibles hackeos. Parece que a esos niveles empresariales el espionaje está más extendido de lo que pensábamos.
Las empresas aumentan la vigilancia. Así preparan y limpian una sala para que se pueda convocar una reunión con garantías: los profesionales, en primer lugar, realizan barridos con el analizador de espectro, un aparato que dispone de un monitor y un brazo similar al de un detector de metales.
Al realizar los barridos, tratan de encontrar puntos de interés -"¿Eso es un micro?"-. Si alguien quiere espiar, puede colocar dispositivos muy pequeños en numerosos lugares. Y es que un micrófono "vía radio, transmitiría toda la información al exterior".
El analizador de espectro, al detectar algo sospechoso, emite un pitido de alerta. Muestra los dispositivos ocultos "dentro de elementos". Puede ser también un ladrón -donde se enchufan varios cables-, y que esté en el interior del objeto. "Da igual que esté apagado o encendido, el dispositivo oculto va a seguir transmitiendo información", subrayan los profesionales de este sector.
El espionaje puede ser retorcido. "Sospechamos que aquí hay un micrófono, porque un cable no debería dar -alerta-". El monitor se pone en rojo. Se ha llegado a encontrar una cápsula de micro en el interior de un cable de telefonía -en todo momento transmitiendo información a quien lo esconde-.
"Lo que hoy está limpio, a lo mejor mañana no, porque puede venir a alguien a revisar nuestro sistema contra incendios, un agente encubierto (e instalarlo). Por eso hacemos estos barridos de forma frecuente", señala al respecto Ángel Pablo Avilés, director de seguridad y estrategia en SmartHC, consultora española especializada en seguridad y nuevas tecnologías.
Para proteger las reuniones, los asistentes pueden guardar los móviles en fundas o recipientes inhibidores. "Pegasus ha sido muy importante para las empresas, ha hecho abrir los ojos sobre algo que lleva muchos años existiendo, en temas como compraventa de empresas o de I+D", sentencia Ignacio Arrese, CEO de SmartHC. Las empresas toman cartas en el asunto del espionaje.