A pesar de que la industria del automóvil es hasta ahora la más afectada por el desabastecimiento mundial de microchips, esta crisis se está extendiendo a todos los ámbitos y se ha colado ahora hasta nuestras cocinas, que empiezan a sufrir demoras en las entregas de electrodomésticos de entre dos y cuatro meses, porque los fabricantes también se están viendo obligados a parar.
Desde las primeras empresas españolas fabricantes de electrodomésticos ya se ha tenido que paralizar la producción en alguna ocasión con esta crisis por falta de piezas electrónicas y no descartan volver a sufrir una escasez de microprocesadores o de algún otro componente semiconductor que les lleve a parar de nuevo, con el coste que esto supone.
La pandemia aceleró la demanda de estos elementos, ya que el teletrabajo obligó a mejorar las redes de los operadores, las domésticas o el número de ordenadores en las casas. Además, al pasar más tiempo en casa los consumidores han adquirido más dispositivos relacionados con el ocio: tablets, consolas, electrodomésticos nuevos...
Por otro lado, el incremento de la incidencia del COVID-19, durante el 2021, en países fabricantes como Taiwán y Corea del Sur (donde se producen el 83% de los chips para procesadores y el 70% de los de memoria) , ha obligado a paralizar fábricas por falta de personal.
El aumento de la demanda de videojuegos, el teletrabajo y los problemas de la cadena de suministro mundial han llevado a los fabricantes a elevar el precio de los productos en función de la demanda, repercutiendo los costes adicionales sobre el cliente. "Se espera que los aumentos de precios afecten a todo lo que tenga una pantalla", ha afirmado la consultora analista de mercado NPD Group para La voz de Galicia, que ha asegurado que en un año se han incrementado los precios de estos productos hasta un 30%.
Algunos expertos prevén que las fábricas tendrán que esperar un año más para volver a producir como antes, aunque otros economistas creen que hasta 2023 no se recuperarán los niveles de producción de antes de la pandemia. Motivo, por el que es más que probable que los precios sigan a la alza durante este tiempo.