Los científicos estudiaron las interacciones de las especies en ambientes marinos naturales en las salidas volcánicas subacuáticas, donde las concentraciones de CO2 coinciden con las previstas para los océanos a finales del siglo y las compararon con ambientes marinos adyacentes con los niveles actuales de CO2.
"La mayor parte de la investigación sobre los impactos del cambio climático ha implicado hasta el momento el estudio de un número individual o pequeño de especies durante periodos cortos de tiempo", ha indicado en un comunicado el profesor Ivan Nagelkerken, ecologista del Instituto de Medio Ambiente de la Universidad. "De estos estudios, ha habido predicciones de que la biodiversidad de peces se reduciría, pero nunca hemos sido capaces de proporcionar evidencia firme antes".
"Este estudio se realizó en un ecosistema de algas marinas templadas de aguas someras utilizando respiraderos volcánicos de CO2 como laboratorios naturales para echar un vistazo a lo que podrían ser los ecosistemas futuros. Muestra que prever los efectos del cambio climático en los ecosistemas futuros es imposible si no lo hacemos incorporando interacciones de especies complejas", agrega.
Los investigadores mostraron en encuestas y experimentos submarinos durante tres años que, en ambientes marinos de alto CO2, proliferan una o dos especies de peces más pequeños y predominantemente dominantes mientras que desaparecen las especies menos agresivas y menos comunes.
Aumento de peces pero pérdida de biodiversidad local
"Si consideramos el número total de peces, vemos que estos aumentan bajo la acidificación de los océanos, pero la biodiversidad local se pierde", dice el profesor Nagelkerken. "Hay aumentos en la abundancia de alimentos como los pequeños crustáceos y caracoles y, debido a que las especies dominantes tienden a ganar casi todos los combates con otras especies y son atraídas a los alimentos mucho más rápido, su número aumenta".
"Las especies pequeñas normalmente se mantendrían bajo control por sus depredadores, y por los depredadores nos referimos a los depredadores de tamaño mediano que están asociados con algas marinas. Pero la acidificación del océano también está transformando los ecosistemas de algas marinas a cubiertas de bajas hierbas, de forma que se está perdiendo el hábitat que protege a estos depredadores intermedios y, por lo tanto, perdiendo estas especies".
"El resultado es una gran cantidad de lo que se conoce como especies 'cubiertas de maleza', algo equivalente a las ratas y cucarachas marinas, muchas de ellas presentes por todas partes, pero sin que nadie realmente quiera comerlas", señala. Una forma de retrasar esta pérdida de biodiversidad es reduciendo la sobrepesca de los depredadores intermedios.
"Mostramos cómo la disminución del número de depredadores tiene un efecto en cascada sobre la diversidad de especies locales, afirma el profesor Nagelkerken. Fuertes controles sobre la sobrepesca podrían ser una acción clave para detener la pérdida de diversidad y el cambio en el ecosistema en un mundo con mucho CO2".