Los eclipses de luna se producen cuando la Tierra se pone en medio del Sol y de la Luna (al contrario que en los de sol, cuando es la Luna la que se pone entra la Tierra y el astro).
La noche del próximo 16 de septiembre, nuestro planeta se colocará frente a su único satélite, haciéndole sombra. Sin embargo, al ser un eclipse penumbral- y no umbral o total- la luna no desparecerá del todo por unos instantes, sino que, poco a poco, iremos viendo cómo cambia de color y se oscurece.
El eclipse se denomina penumbral porque no habrá una alineación de los astros, sino que la Luna estará situada en la zona de la penumbra de la Tierra, más alta en este caso, y no en la de umbra, donde quedaría totalmente oculta, como puede verse en el siguiente gráfico.
El efecto óptico será menos impresionante al no cambiar sus proporciones pero, teniendo en cuenta que la luna estará en su apogeo (luna llena) y que tendrá una luminosidad de más del 98%, esperamos que su cambio de tonalidad sea más que apreciable. El punto de mayor visibilidad del eclipse se dará en torno a las 20.50h, cuando el disco lunar esté completamente dentro de la zona penumbral; y concluirá pocos minutos antes de las 23.00h, dando por terminado el ciclo de eclipses del año 2016.
La Luna de septiembre, la ‘Luna de la cosecha’
La Luna que todos los amantes de la astronomía estaremos observando con ojo avizor (y alguna que otra ayudita tecnológica) será, concretamente, la 'Luna de la cosecha', que es como se conoce al plenilunio del mes de septiembre. Se llama así porque, según la traidición popular, era tan brillante que permitía a los agricultores seguir trabajando en el campo hasta altas horas de la noche.
El eclipse la ensombrecerá por unas horas, pero su luz seguirá brillando a pleno rendimiento hasta el día 20, momento en el que comenzará a menguar. Y vuelta a empezar.