El 'dream team' de las vacunas en España: así van los proyectos punteros
Entrevistamos a los equipos de las tres vacunas más avanzadas de España contra la covid-19: "No creo que vaya a haber vacunas disponibles para toda la población hasta 2022", advierte Juan García Arriaza
Sonia Zúñiga, del equipo de Enjuanes: "Las vacunas más avanzadas reducen la enfermedad pero no evitan la infección, la nuestra será mejor porque impedirá que te infectes"
Vicente Larraga, sobre la carrera mundial por la vacuna: "Se está corriendo demasiado, todos los parámetros han cambiado, ya no hay dogmas"
Son el dream team En sus laboratorios del CSIC -dos en el Centro Nacional de Biotecnología y otro en el Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas- están desarrollando tres de las vacunas que podríamos estar poniéndonos en un par de años.
Ellos corren más despacio, pero las suyas serán más completas y eficaces que las que lideran la carrera, las vacunas de Oxford, Moderna o CanSino. Porque aunque sólo unas ganen, no serán suficientes: a medio plazo harán falta varias. Y las de Enjuanes, Esteban y Larraga caminan con paso firme en esa dirección.
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Ya visualizan la meta, en 2022. Pero aún les queda carrera por delante, las tres están todavía en ensayos con animales. En NIUS queremos saber cómo están yendo esos ensayos, cómo serán esas vacunas y cuándo estarán listas. Y queremos saber también su opinión acerca de las vacunas que van más avanzadas a nivel mundial.
Hablamos de todo ello con Sonia Zúñiga -investigadora senior del equipo de Enjuanes-, Juan García Arriaza -codirector del proyecto con Esteban- y el propio Vicente Larraga.
¿En qué fase de desarrollo se encuentra su vacuna?
Sonia Zúñiga: Ya hemos comprobado, en cultivos celulares, que nuestros virus atenuados se comportan como queremos. Ahora vamos a empezar las pruebas con ratones humanizados. En ellos, el virus causa una enfermedad similar a la que causa en los humanos, es el mejor modelo animal que existe. No son fáciles de diseñar ni de conseguir. Los acabamos de recibir y esperamos empezar los experimentos en octubre o noviembre.
Juan García Arriaza: En abril generamos nuestro candidato a vacuna, y después hemos visto que es capaz de inducir una respuesta inmunitaria en ratones. Los animales fueron inmunizados con dos dosis y hemos observado resultados prometedores. Se activa la respuesta de células T contra el coronavirus, y además se producen altos niveles de anticuerpos neutralizantes, que se unen al virus y evitan que entre en las células. A modo de resumen, el candidato a vacuna induce una buena respuesta inmunitaria en un modelo animal.
Vicente Larraga: Seguimos en fase preclínica, y de momento todo va muy bien. Pero estamos haciendo algo que me temo que no se está haciendo en este momento: repetir las pruebas, para ver que los resultados son sólidos. Es el “abecé” de la ciencia, pero me temo que esta vez nadie lo está haciendo, por las prisas. Hay uno de nuestros candidatos a vacuna que está dando muy buen resultado, está teniendo mucha capacidad para bloquear al virus en ratones. Ahora, tenemos que ver si pasa lo mismo en ratones humanizados, que son sensibles al virus y enferman. Empezaremos en breve las pruebas con ellos.
¿Para cuándo los ensayos con humanos y para cuándo la vacuna?
Sonia Zúñiga: Con los ratones estaremos al menos mes y medio, y luego hay que analizar los resultados. Un escenario realista es pensar que para mediados del año que viene podamos empezar un ensayo clínico con humanos. Tenemos conversaciones avanzadas con empresas interesadas, algunas españolas y otras de fuera. ¿Y la vacuna? Pues siendo optimistas, probablemente para 2023. Es muy difícil evaluar cuánto pueden durar los ensayos y si se va a seguir con las velocidades de ahora... Nuestra meta es que estuviese lista para el invierno de 2022.
Juan García Arriaza: El siguiente paso es determinar si esta respuesta inmunitaria que hemos observado en ratones es suficiente para proteger de la infección por el SARS-CoV-2. Para ello estamos realizando ahora ensayos en ratones humanizados, que son susceptibles a la infección por el SARS-CoV-2. En paralelo, realizaremos pruebas en otros modelos animales: el hámster, que también se infecta por el coronavirus, y los macacos. Para finales de 2020 o primeros de 2021 podríamos empezar con la fase 1 de los ensayos clínicos. Nuestra idea es realizar los ensayos clínicos durante 2021. Si fuera todo bien podríamos tener los primeros lotes de vacuna a finales 2021 o durante 2022
Vicente Larraga: A finales de noviembre, si todo va bien, tenemos previsto pedir los permisos para empezar la fase 1 de ensayos con humanos en enero. La idea es poder empezar el año con la fase clínica. Y si todo va bien, la vacuna estaría disponible para la campaña de vacunación de otoño-invierno de 2021/2022. Esa es la idea en todas las vacunas. En 2022 es cuando se prevé poder hacer la inmunización general de la población.
Los plazos de desarrollo y producción varían entre las tres porque se trata de vacunas muy distintas. Zúñiga, Larraga y García Arriaza nos explicaron sus proyectos hace unos meses, cuando arrancaban.
- La vacuna de Enjuanes es la más compleja, y por ello, será también la más completa, aunque llegará más tarde. Mediante ingeniería genética, han diseñado virus del SARS-CoV-2 atenuados, quitándoles los genes más virulentos pero conservando todos los necesarios para inducir una buena respuesta inmune.
- La de Esteban y García Arriaza trabaja con una variante muy atenuada del virus de la viruela, a la que han insertado genes del nuevo coronavirus que puedan inducir la respuesta inmune frente a él.
- La de Larraga es una vacuna de ADN sintético que contiene las secuencias necesarias para integrarse en las células del receptor y producir la proteína S del virus, para activar el sistema inmune.
Los tres proyectos se enfrentan al mismo problema: En España, apenas hay industria para la producción de vacunas humanas.
¿Su vacuna se podrá producir en España?
Sonia Zúñiga: La idea es poder fabricar parte de la vacuna en España y parte fuera. No se puede pretender que, de pronto, en medio año, España tenga empresas que no tenía. Está el grupo Zendal, que puede fabricar las otras dos vacunas del CSIC, pero la nuestra es más compleja y no hay empresas en España que puedan fabricarla. Sí las habrá a medio plazo, en el futuro. Pero al principio, tendrá que ser una empresa de fuera.
Juan García Arriaza: Sí, de hecho actualmente la empresa gallega CZ Vaccines (del grupo Zendal) está produciendo los lotes clínicos de nuestra vacuna de cara a realizar los ensayos clínicos. Esta pandemia ha puesto de relieve la importancia de que, en el futuro, tengamos una plataforma industrial potente para la producción de vacunas en España. Es importante tener nuestros propios candidatos a vacuna generados en nuestro país, y no estar dependiendo de vacunas de fuera.
Vicente Larraga: Sí, eso ya lo tenemos cerrado con el grupo Zendal. Ya habíamos preparado la fabricación para perros en la otra vacuna (su laboratorio diseñó la vacuna contra la leishmaniasis canina). Ahora, al ser para humanos, hay que ajustar ciertas cosas pero el proceso está hecho. Y tenemos además hechas todas las pruebas de toxicidad, que es una ventaja porque nos ahorra mucho tiempo.
¿Cómo se administrará?
Sonia Zúñiga: Probaremos varias vías de inoculación, pero será intranasal. La idea es que vaya a las mucosas (al pulmón, a las fosas nasales…). Sería algo parecido al típico spray que usan los asmáticos. La gran mayoría de las vacunas que se están ensayando son intramusculares, y eso dificulta la inmunidad en las mucosas. Evitan la enfermedad, pero no la infección. Lo que ocurre es que la vía intramuscular es la más fácil para que te la aprueben las agencias reguladoras, por eso las vacunas que van más avanzadas son intramusculares.
Juan García Arriaza: Se hará por vía intramuscular y se inocularán dos dosis. Esta pauta de inmunización es capaz de inducir una respuesta inmunitaria más potente.
Vicente Larraga: En principio será intramuscular, pero en las pruebas con ratones estamos probándola vía intranasal también. Queremos ver si aumentaría mucho la protección en esa primera barrera, las fosas nasales, para poder mejorar su eficacia. Si vemos que sí, la probaremos así en los ratones humanizados.
¿Qué nivel de eficacia y seguridad proporcionará?
Sonia Zúñiga: De momento, de todas las vacunas en fases avanzadas, ninguna ha demostrado que impida la diseminación del virus. Reducen la enfermedad, pero no evitan la infección. La nuestra sí que lo haría, si todo va como esperamos. Impediría que te infectaras, es la eficacia más alta. Nuestra vacuna inmunizará en mucosas, eliminando al virus, impidiendo que se replique. Y esa es la clave para evitar su propagación. La nuestra puede ser, si no la mejor, de las mejores. Va a ser mejor que las que salgan ahora.
Juan García Arriaza: El porcentaje de eficacia todavía está por ver, no lo sabemos. La eficacia se determina en los ensayos clínicos de Fase 3, donde se vacunan miles de personas con riesgo de contraer la infección. Nuestra vacuna probablemente alcance un nivel de eficacia similar al que pueda obtenerse con otras vacunas que también utilizan vectores virales expresando la proteína S, como las de Janssen o la de Oxford. Un punto a favor muy importante de nuestra vacuna es la seguridad, porque utilizamos un vector que ya se utilizó como vacuna frente a la viruela, con la que se vacunaron más de 120.000 personas y no mostraron ningún efecto adverso. Partimos con esa ventaja.
Vicente Larraga: No lo sabemos todavía, cuando acabemos con los ratones humanizados veremos. Lo que sí esperamos es que sea más eficaz que las que salgan ahora. Dentro de un año habrá muchas vacunas y acabarán usándose las que ofrezcan la mayor protección. En nuestro caso, seguridad y protección van siempre por delante de la rapidez.
A nivel internacional ¿se está corriendo demasiado?
Sonia Zúñiga: Es probable que para mediados del año que viene haya una o varias vacunas que se puedan utilizar. Otra cosa es qué eficientes van a ser y a quién se va a poder vacunar. Si demuestran una eficiencia del 50%, probablemente ya se puedan empezar a usar, pero no para todos. Hay que ser muy prudentes con las fechas, y recordar que en los ensayos en fase 3 no se inocula el virus. Para saber si la vacuna funciona, tienes que esperar un tiempo para se produzca esa infección natural. El virus tiene que hacer su papel. La fase 3 nunca se puede predecir cuánto va a tardar.
Juan García Arriaza: Se ha acelerado muchísimo todo debido a la situación global causada por el virus, tanto a nivel sanitario como económico. Lo que está ocurriendo es algo inaudito, y un verdadero hito, pues en apenas 9 meses tenemos varios candidatos a vacuna ensayándose en la fase clínica más avanzada, algo que normalmente lleva un periodo de entre 5 y 10 años. Muchas vacunas van muy avanzadas, pero dar fechas puede ser contraproducente. Las compañías farmacéuticas están fabricando sus vacunas sin acabar los ensayos, están arriesgando mucho, pero claro, en esta situación les compensa asumir riesgos. Aunque probablemente tengamos vacunas para determinados grupos de riesgo a finales de año o durante 2021, no creo que vaya a haber vacunas disponibles para toda la población hasta 2022.
Vicente Larraga: Las que van más avanzadas son fiables, en general, y están siguiendo los protocolos, pero se está corriendo demasiado y eso tiene el riesgo de que te dejes algo. Siempre se ha controlado mucho más todo esto. Hay algunas vacunas que no me ofrecen ninguna confianza, como la que está ensayando China en el ejército. Pero Moderna y AstraZencea, por ejemplo, sí están siguiendo las normas. De hecho, el parón que han sufrido los de Oxford es porque han seguido las normas, es buena noticia.
Moderna se plantea pedir una aprobación parcial de su vacuna con tan sólo 53 contagiados... ¿Qué les parece?
Sonia Zúñiga: A mí me parece poco, pero es lo que les habrá dicho la agencia reguladora de EE.UU. Desde luego, 53 es muy poco. Me sorprende. Probablemente se haya hecho así por las prisas, por la situación en la que estamos. No sería lo habitual.
Juan García Arriaza: Ahora, todo se está flexibilizando un poco por la situación de emergencia que tenemos. Las agencias reguladoras son las que aprueban las vacunas para su uso en humanos, y de ellas dependen esas decisiones. Si los ensayos están bien hechos y son fiables se obtienen las aprobaciones oportunas.
Vicente Larraga: En circunstancias normales, con esas cifras desde luego les dirían que no, que esperaran a tener unos mil al menos, pero en estos momentos todos los parámetros han cambiado, ya no hay dogmas. Yo he visto tirar abajo una vacuna de la malaria que protegía al 56%, en su día. Ahora, ya no sé qué decirle.
Cuando haya vacuna, ¿podremos volver a vivir sin mascarilla?
Sonia Zúñiga: La OMS, que está siendo bastante realista con los plazos, habla de una vacunación selectiva en 2021 y generalizada en 2022. Está claro que lo que nos va a sacar de esto son las vacunas pero no solo, depende también de que haya tratamientos eficaces. ¿Nos veremos sin mascarilla en 2022? Si las vacunas son lo suficientemente buenas, sí. Con la gripe, por ejemplo, convivimos todos los años, pero no vamos por la calle con mascarilla. Con este virus llegaremos a un equilibrio como ése, en el momento en que tengamos vacuna y medicamentos eficaces contra él.
Juan García Arriaza: Todo pasa. Y en la vuelta a la normalidad, la vacuna va a suponer un paso de gigante. Pero no me gusta dar fechas. De aquí a final de año vamos a seguir como ahora, y después habrá que ir viendo. Espero que dentro de uno o dos años esté controlada esta pandemia y poder vivir con una cierta normalidad. Pero cuidado, no podemos relajarnos, porque con casi total seguridad en un futuro surgirán virus nuevos, nuevas epidemias. Por el modo de vida que tenemos, la superpoblación, la globalización, el cambio climático, la deforestación,... son muchos los factores que pueden hacer que surjan nuevos patógenos que causen futuras pandemias. Tenemos que interiorizar que esto va a pasar. Y para ello es importante concienciar a la sociedad de la importancia que tiene la ciencia en la búsqueda de vacunas y tratamientos para atajar las infecciones, y también el papel fundamental del sistema sanitario para su control.
Vicente Larraga: Podremos vivir sin mascarilla cuando se haya vacunado a una parte importante de la población. Con más de un 50% de la población vacunada podríamos volver a lo de antes. Aunque nunca será igual, porque hemos tomado conciencia de la fragilidad de nuestras vidas y habrá cosas que cambien, por fuerza. Siempre que hay una gran epidemia, la sociedad que salga de ella será diferente a la anterior.
En un año y pico podríamos vivir sin mascarilla. O incluso antes, si se reducen los porcentajes de infección, aunque no haya vacuna generalizada. Pero para ello hay que modificar la vida, cambiar hábitos. Se pueden hacer muchos cambios, y no solo confiar en la vacuna. Está todo el mundo esperando la vacuna como si fuera el maná, y es muy importante pero es sólo una parte, hay que hacer más cambios, no fiarlo todo a ella.