Día Mundial del Agua 2022: por qué se celebra y a qué retos nos enfrentamos en plena sequía en España
El Día Mundial del Agua 2022 se dedica a poner en valor los acuíferos, que suministran casi toda el agua dulce del planeta
La sobreexplotación de las aguas subterráneas y su contaminación por el uso de pesticidas están poniendo en riesgo este recurso
En el mundo hay alrededor de 2.200 millones de personas sin acceso a agua potable
El Día Mundial del Agua se celebra cada 22 de marzo para recordar la importancia de este bien que necesitamos todos los seres vivos de la Tierra. ¿Por qué se celebra y cómo podemos enfrentar la sequía en España?
A pesar de las lluvias que se están produciendo en el inicio de la primavera 2022, el invierno extremadamente seco nos ha dejado una situación preocupante en España que difícilmente podremos revertir antes del verano. La escasez de agua es uno de los mayores retos a los que nos enfrentaremos en el futuro en nuestro país.
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En el mundo, todavía hay alrededor de 2.200 millones de personas sin acceso a agua potable. Esto quiere decir que el 11 por ciento de la población mundial no puede acceder a agua limpia y segura para el consumo.
Esta celebración tiene por objetivo concienciar acerca de la crisis mundial del agua y la necesidad de buscar medidas para abordarla de manera que alcancemos el Objetivo de Desarrollo Sostenible No 6: Agua y saneamiento para todos antes de 2030.
Día Mundial del Agua 2022 dedicado a las aguas subterráneas
Este 2022, las Naciones Unidas ponen el foco en el agua subterránea en Día Mundial del Agua con el lema "Aguas subterráneas: haciendo visible lo invisible". Casi toda el agua dulce líquida del mundo es agua subterránea.
Esta agua subterránea se encuentra en los acuíferos de la Tierra, que son formaciones geológicas de rocas, arenas y gravas que contienen cantidades sustanciales de agua. Aunque no los vemos, estos acuíferos alimentan los lagos y ríos del mundo, así como los manantiales y humedales, filtrando agua a los océanos. El agua llega al subsuelo a través de las lluvias y las nevadas, y se extrae para el consumo a través de pozos y bombas.
Alrededor del 40 por ciento de toda el agua utilizada para el riego proviene de los acuíferos, y su extracción es especialmente importante en las regiones áridas del planeta, sin pantanos como los que vemos cerca de nuestras casas.
La región de Asia y el Pacífico tiene la disponibilidad de agua per cápita más baja del mundo, y se prevé que el uso de agua subterránea en la región aumente un 30 % para 2050.
Proteger las aguas subterráneas es, por tanto, fundamental para seguir garantizando ecosistemas saludables y el consumo de las personas en todo el mundo, así como el saneamiento, la producción de alimento y el correcto funcionamiento de los procesos industriales.
La contaminación y la sobreexplotación de las aguas amenazan el planeta
La sobreexplotación de las aguas subterráneas tiene además otros efectos devastadores. En Ciudad de México, el drenaje excesivo de los acuíferos está provocando el hundimiento del suelo una media de 50 centímetros al año, poniendo el riesgo el suministro de agua de millones de personas y amenazando la infraestructura de la ciudad.
En Yakarta, la capital de Indonesia y la ciudad que más rápido se hunde del mundo, la construcción desenfrenada impide que el agua de la lluvia se filtre a los acuíferos, que siguen drenándose con una extracción masiva del agua subterránea. Como resultado, algunos de los edificios emblemáticos de la metrópoli se encuentran permanentemente sumergidos tras décadas de hundimiento, como es la mezquita de Waladuna, prácticamente invisible cuando sube la marea. El problema es tan grave que se está considerando trasladar la capital de Indonesia a Borneo.
Otro problema al que se enfrentan las aguas subterráneas es la contaminación. Los pesticidas intoxican el agua potable y afectan a la vida silvestre y la agricultura. Por ello, las Naciones Unidas están impulsando medidas para proteger los acuíferos.
En América del Norte y Europa, los nitratos y los pesticidas representan una gran amenaza para la calidad del agua subterránea: el 20 % de las masas de agua subterránea de la Unión Europea (UE) superan los estándares sobre la buena calidad del agua debido a la contaminación agrícola.