Un nuevo estudio llevado a cabo por las Universidades de Bristol y de Swansea, en Reino Unido, ha revelado el tamaño del tiburón gigante megalodón. Éste, que se extinguió hace unos tres millones de años, medía más del doble de largo que un tiburón gran blanco y tenía una fuerza de mordida de más de diez toneladas. El gran blanco, que es el tiburón más temible en la actualidad, viene a tener una longitud de más de seis metros.
Los fósiles del megalodón son en su mayoría enormes dientes de corte triangulares del tamaño de una mano humana.
Jack Cooper, quien acaba de doctorarse en Paleobiología en la Universidad de Bristol, y sus compañeros utilizaron una serie de métodos matemáticos para precisar el tamaño y las proporciones de este monstruo. Sus hallazgos se publican en la revista Scientific Reports.
Cooper explica en un comunicado que "estudiar al animal completo es difícil considerando que lo único que tenemos son muchos dientes aislados". Anteriormente, el tiburón fósil, conocido formalmente como otodus megalodón, solo se comparaba con el gran blanco. Los investigadores, por primera vez, ampliaron este análisis para incluir cinco tiburones modernos.
Catalina Pimiento, coautora del estudio, dijo que "megalodón no es un antepasado directo del gran blanco, pero está igualmente relacionado con otros tiburones macropredadores como el makos, el tiburón salmón y el tiburón marrajo sardinero, así como el gran blanco. Recopilamos medidas detalladas de los cinco para hacer predicciones sobre el megalodón".
El profesor Michael Benton, también coautor, agregó que "antes de que pudiéramos hacer algo, tuvimos que probar si estos cinco tiburones modernos cambiaban de proporciones a medida que crecían. Si, por ejemplo, hubieran sido como humanos, donde los bebés tienen la cabeza grande y las piernas cortas, habríamos tenido algunas dificultades para proyectar las proporciones adultas de un tiburón extinto tan grande. Pero nos sorprendió y alivió descubrir que, de hecho, las crías de todos estos tiburones depredadores modernos comienzan como pequeños adultos y no cambian en proporción a medida que crecen".
Los resultados sugirieron que un otodus megalodón de 16 metros de largo probablemente tenía una cabeza redonda de 4,65 metros de largo, una aleta dorsal de aproximadamente 1,62 metros de alto y una cola de alrededor de 3,85 metros de alto.
Esto significa que un humano adulto podría alzarse sobre la espalda de este tiburón y tendría aproximadamente la misma altura que la aleta dorsal.
La reconstrucción del tamaño de las partes del cuerpo del megalodón representa un paso fundamental hacia una mejor comprensión de la fisiología de este gigante y los factores intrínsecos que pueden haberlo hecho propenso a la extinción.