Un equipo veterinario de la Universidad del Estado de Michigan en EE.UU logró salvar a Stella, una rottweiler de un un año de edad sufrió varias quemaduras de segundo y tercer grado cuando huía del incendio que se había desatado en su casa, haciéndole injertos de piel descamada de bacalao.
El animal presentaba quemaduras en su cabeza, hocico, orejas, en la parte posterior y lateral de su cuerpo y desarrolló úlceras en ambos ojos por la exposición al fuego. Sin embargo, lo más grave eran los problemas respiratorios que le había provocado la inhalación de humo. "Stella no era una buena candidata para la anestesia por los daños respiratorios" explica Brea Sandness, veterinaria y residente de cirugía en el centro estadounidense, por esto "tuvimos que ser creativos con sus quemaduras".
Los sanitarios recurrieron a un método poco habitual, injertos de piel descamada de bacalao islandés que se utiliza en algunas ocasiones para procedimientos médicos en humanos y animales según recoge Agencia SINC.
La piel de bacalao contienen altos niveles de ácidos grasos omega-3 y tienen propiedades antiinflamatorias y antibióticas, que son esenciales para la curación y regeneración de los tejidos. Además, ofrecen un mejor rendimiento clínico y reducen el riesgo de transmisión de enfermedades. Y lo más importante en el caso de Stella es que no requieren una sedación profunda.
"Pudimos colocarlos sobre ella con una mínima sedación. Esto no solo nos permitió curarla sin estrés adicional para sus pulmones, sino que mejoró la forma en la que se curaron sus quemaduras", indica la veterinaria.