Un grupo de investigadores de la Universidad de Manchester han descubierto un posible fármaco que podría acabar con la alopecia. Pero como casi todos los grandes descubrimientos de la historia, este también ha sido producto de la casualidad.
Los científicos analizaban un viejo fármaco inmunosupresor, la ciclosporina A, cuando comprobaron que el fármaco reducía la actividad de una proteína llamada SFRP1, un regulador clave del crecimiento que afecta a muchos tejidos, incluidos los folículos pilosos.
La ciclosporina A ha sido utilizada desde la década de 1980 para prevenir el rechazo del órgano trasplantado y reducir los síntomas de la enfermedad autoinmune, según indica BBC.
A pesar del hallazgo, los efectos secundarios de la ciclosporina A no permitían un tratamiento adecuado de la calvicie, por lo que el equipo pasó a buscar otro agente y descubrió que WAY-316606 era aún mejor para suprimir la proteína.
A pesar de que el investigador principal, el Dr. Nathan Hawkshaw, afirma que se necesitaría un ensayo clínico para comprobar si el tratamiento es efectivo y seguro en las personas, tiene la esperanza de que el tratamiento pueda "marcar una diferencia real para las personas que sufren de pérdida de cabello".