Pese a haber soportado un año terrible por la pandemia, la plataforma de alojamientos Airbnb es la preferida de muchos viajeros para reservar sus alojamientos vacacionales o para pasar estancias más largas por motivos laborales. Y con el aumento de la popularidad de la plataforma crecen también los intentos de aprovecharse de los usuarios por parte de los estafadores.
Airbnb funciona poniendo directamente en contacto a quien necesita alquilar un alojamiento con quien lo ofrece para ello, sin intermediarios, y aunque los responsables de la plataforma aseguran haber comenzado a tomar más medidas para evitar la proliferación de las estafas por Airbnb, lo cierto es que estas todavía se producen. Y van desde apartamentos falsos hasta sustracciones de grandes cantidades de dinero. Estos son los timos más habituales en la plataforma, recopilados por AyudaLey Protección de datos:
Esta es una de las estafas con Airbnb que más se repite. Consiste básicamente en colocar un anuncio falso, en el que se muestra un alojamiento con buenas características y en un estado perfecto. Cuando un usuario realiza la reserva, puede que unos días antes reciba un email informándole de algún supuesto problema con el piso y diciéndole que le alojarán en otra ubicación de igual categoría o mejor. Sin embargo, el nuevo alojamiento estará en mucho peor estado y condiciones que el que se había alquilado.
Tampoco es necesario recibir ese aviso del cambio, en ocasiones simplemente el sitio alquilado no tiene nada que ver con el anunciado y la desagradable sorpresa se la llevan los usuarios al llegar al alojamiento, normalmente un lugar no en muy buenas condiciones.
En este caso, el futuro inquilino recibe un aviso del anfitrión diciéndole que hay algún problema grave con la fontanería que hace inseguro o imposible alquilar el piso. Esta excusa se emplea porque, según las Políticas de Causas de Fuerzas Mayores de Airbnb, si la vivienda no es habitable, al anfitrión no se le penaliza la cancelación.
La plataforma asegura que para no aplicar la penalización, se pide a los anfitriones pruebas de dicha avería, que puede ser una factura de la empresa que se haya hecho cargo del trabajo de arreglo. Esta estafa con los pisos de Airbnb tiene otras variaciones, como alegar que el alojamiento no es habitable porque los inquilinos anteriores lo han dejado en malas condiciones o porque el anfitrión necesita la vivienda por una emergencia familiar.
Esta estafa se emplea sobre todo para alquilar el alojamiento por un precio mayor del que ha pagado la persona que hizo la primera reserva.
Otra de las estafas de Airbnb habituales. El usuario llega al alojamiento alquilado y se encuentra que ya hay otra gente alojándose en él. En principio, este timo no se puede llevar a cabo solo a través de Airbnb, puesto que cuando se reserva un alojamiento, este desaparece de la plataforma.
Así que para realizarlo, lo que hace el estafador es tener el piso anunciado en otra plataforma más, donde puede volverlo alquilar. Aunque tener un alojamiento disponible en varias plataformas de este tipo se puede hacer, una vez que se alquila el alojamiento, es necesario retirar la disponibilidad del mismo en todos los sitios en los que esté publicado.
Ante este caso, Airbnb recuerda que los inquilinos deben ponerse en contacto con el servicio de Atención al Cliente de la plataforma, que se ocuparé de ayudarles a encontrar otro alojamiento de igual o mayor categoría, incluso cubriendo la diferencia de precio, si este es mayor.
Otro timo con el que hay que tener cuidado es con aquellos anfitriones que nos piden realizar un pago a modo de fianza fuera de la plataforma, normalmente a través medios como transferencias bancarias, cheque o un aplicación externa de pago.
Este es uno de los timos que la propia Airbnb reconoce y advierte en su página, puesto que cualquier pago que se haga fuera de la plataforma no tiene ningún tipo de garantía. Igual ocurre con las comunicaciones, estas siempre deben llevarse a cabo a través de la propia plataforma.
Una de las estafas a través de Airbnb que más difícil cuesta de demostrar, es aquella en la que el anfitrión reclama unos supuestos daños hechos a la vivienda al inquilino. Si bien es cierto que a veces se producen daños en los alojamientos, hay ocasiones en que los anfitriones tratan de conseguir un dinero extra alegando un importe desorbitado por una reparación o unos servicios de limpieza.
Sin duda, la mejor forma de evitar las estafas en Airbnb es ser precavidos y tener en cuenta ciertas recomendaciones:
La clonación de páginas haciéndolas pasar por las de verdad es una de las formas estafar a posibles víctimas. Airbnb no es la única que sufre este problema y lo habitual es que se acabe en estos sitios falsos al pulsar en un enlace que nos llega a través de un correo, supuestamente enviado por Airbnb, donde nos ofrecen alguna oferta de alojamiento interesante.
Evidentemente, al pinchar en el enlace, se nos conduce a una web falsa, con tiene como objetivo robarnos tanto nuestros datos como nuestro dinero. Es una técnica de phishing bastante habitual, en la que las víctimas acaban dando sus datos personales y bancarios, creyendo que están en la página legítima.
Para asegurarte de que realmente estás en la página de Airbnb, fíjate en la URL (la dirección que aparece en la barra de direcciones del navegador). Esta debe empezar por https, donde la «s» significa que estamos en un lugar seguro y que las operaciones que hagamos en él estarán cifradas.
Aunque es habitual no hacerlo, siempre es recomendable leer con detenimiento las políticas legales y de reembolso de Airbnb, puesto que en ellas podremos ver en qué casos tenemos derecho a reclamar la devolución de dinero o llevar a cabo una cancelación sin perder lo pagado en caso de que creamos haber sido víctimas de algún tipo de estafa o engaño con el alojamiento que hemos alquilado.
Al igual que debes asegurarte de que la página en la que estás realizando la reserva es la página oficial de Airbnb y no una falsa, a la hora de realizar el resto de gestiones, también debes mantenerte dentro de la propia plataforma. Como ya hemos dicho, tanto las comunicaciones que mantengas con el anfitrión como los pagos debes hacerlos siempre dentro y a través de Airbnb, ya que, por un lado, las comunicaciones quedan registradas, lo que podrá servirte de medio prueba en caso de una disputa o litigio con el anfitrión.
Por otro lado, el pago a través de la plataforma se hace a través de medios seguros, que pueden facilitar más adelante recuperar el dinero pagado. Si un anfitrión te pide seguir hablando con él a través de un correo electrónico (o por teléfono), ya puedes desconfiar de él. Lo mismo si te pide que parte del pago lo hagas por un medio externo y diferente a los de la plataforma.
Finalmente, el último consejo es mirar los perfiles de los anfitriones; tanto para comprobar que los datos del anfitrión están completos (siempre una buena señal), así como los comentarios y valoraciones que hayan dejado otros usuarios que hayan alquilado su alojamiento con anterioridad.