En las instantáneas, se ve cómo vacas y especialmente cerdos agonizan entre la crecida de los ríos. Están sacadas en dos granjas zaragozanas, la de Remolinos y la de Villafranca del Ebro. En total, más de mil animales han sido abandonados a su suerte, una situación que, según ha denunciado el partido animalista, podría haberse hecho a consciencia por parte de los propietarios con el fin de cobrar el seguro.
Así, se vuelve a repetir la misma historia que con la riada de 2015, cuando unos 10.000 animales murieron ahogados. De momento, este año se han contabilizado unos cientos, pero otros siguen en riesgo de ahogarse tras las anegaciones del Ebro.
Según el partido, estas muertes se podrían haber evitado con las medidas oportunas por parte del Gobierno de Aragón. En concreto, se refieren una propuesta de un Plan de Evacuación de Animales ante Catástrofes que ellos mismos pusieron sobre la mesa.
El partido también ha interpuesto denuncia judicial "por posible maltrato animal, en su vertiente de omisión del deber de cuidado" contra los propietarios o responsables de los animales que murieron ahogados y abandonados a su suerte en las granjas antes mencionadas.
Según han explicado a través del comunicado, son las mismas que en 2015 dejaron morir a sus animales durante las crecidas: "No queremos que algo así se vuelva a repetir y, por tanto, hemos acudido a los juzgados. Habrá que preguntarse ahí si los responsables de estas granjas prefieren las ayudas económicas antes de salvar la vida de los animales".
Frente a esto, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de Zaragoza se ha visto obligado a abrir una investigación para esclarecer si ha habido negligencia o delito relacionados con los animales que han muerto en sus granjas durante esta crecida del Ebro, o si, por el contrario, los avisos no llegaron con suficiente antelación como para que los ganaderos pudieran haber evacuado a los animales.