El emblemático palacio se encuentra situado junto a un río lleno de basuras y a menudo se ve envuelto por el polvo y la contaminación de las chimeneas y los vehículos de Agra, en el norte de India. El mármol se ve además afectado por los excrementos de los pequeños insectos de menguante río Yamuna, en el que la ciudad vierte sus aguas residuales y que pasa junto a él, según ha denunciado un abogado ecologista ante el Tribunal Supremo de India.
El Supremo ha criticado al Gobierno indio por no hacer lo suficiente para preservar el monumento, construido por el emperador mogol Shah Jahan como mausoleo para su esposa Mumtaz Mahal.
"Si los científicos indios y los conservacionistas no pueden hacer las cosas, deberían ser capaces de contactar con expertos internacionales o conservacionistas, que puedan venir y que estén felices de ayudar", ha defendido el abogado M.C. Mehta, que lleva tres décadas luchando por preservar el Taj Mahal de la contaminación.
Los restauradores han estado usando una pasta de arcilla mineral para limpiar el mármol con la que se elimina las impurezas de la superficie y luego se limpian con agua. Los activistas también están preocupados porque el nivel freático en retroceso de Agra pueda debilitar los cimientos de madera del edificio. También generan preocupación las carreteras atestadas de vehículos contaminantes y la creciente construcción en torno al mausoleo.
El cambio en el color se ha producido de la noche a la mañana. Los ecologistas e historiadores llevan tiempo advirtiendo del riesgo de que el hollín y los humos de las fábricas y curtidurías ensucien el monumento.
Los turistas que visitan el monumento esperan que se emprendan medidas para salvarlo. "Creo que el Taj Mahal es uno de los mayores iconos de India y creo que la ciudad debería estar más limpia y que el Gobierno debería hacer algo al respecto", sostiene Francesco, un turista argentino. "Es una vergüenza", añade.