Un nuevo avance para la ciencia y para el mundo animal. Por primera vez, se ha conseguido medir la frecuencia cardíaca de la ballena azul.
Para llevar a cabo el estudio se han usando sensores no invasivos. Los resultados han sido muy sorprendentes. Con ellos se muestra que el corazón del animal más grade del mundo trabaja al límite: a sólo dos latidos por minuto.
Se cree que esa podría ser la causa de que estos cetáceos 'solo' puedan llegar a alcanzar los 30 metros de longitud.