El principal obstáculo que enfrentan los usuarios convencidos de comprar un coche eléctrico son sus altos precios. No es el único, tampoco es muy entusiasmante la autonomía de los vehículos eléctricos con los que con una recarga como mucho se pueden recorrer un máximo de 300 kilómetros.
Tenemos que pensar, que las baterías de estos coches funcionan más o menos como las de nuestros móviles. A medida que pasa el tiempo se van deteriorando y la duración será cada vez menor. Este proceso de envejecimiento, además, dependerá de las condiciones meteorológicas.
El calor y el frío extremo afectan el rendimiento de la batería de los coches eléctricos. Circular con temperaturas bajo cero o por encima de los 30ºC reduce hasta los 200 kilómetros la autonomía, pensando que tendrás que aclimatar el habitáculo.
El problema del coche eléctrico es el presente, puede ser viable en un futuro no muy lejano pero ahora se puede convertir en un suplicio o en todo un reto, según se mire. El coche de gasolina es 12.000 euros más barato de media, tiene 600 euros más de autonomía y es muy cómodo a la hora de repostar.
La insuficientes disponibilidad de postes de carga rápida en las vías públicas es una realidad hoy. Sin embargo, por contra, está el coste de una recarga que apenas un euro si lo haces en el garaje de tu casa o gratis, si usas uno de los puntos públicos habilitados.
En España hay un parque de puntos de carga eléctrica de 2.874 enchufes, aunque la mayoría de ellos están en Cataluña y en Madrid. Pero la mayoría de estos puntos de carga son puntos vinculados es decir garages o casas privadas cuyo enchufe se dedica a un coche en concreto.
El 54% de los puntos de recarga son, pues, privados. La necesidad de uno público y accesible se hace imprescindible. Porque el otro 46% se reparte entre 126 electrolineras, 573 parkings, 111 restaurantes, 56 tiendas, 195 centros comerciales y 400 hoteles. Los puntos de carga deberán multiplicarse en 22 años. Hay que ponerse las pilas. La Comisión Europea calcula que para 2030, en las calles españolas tendrá que haber más de 200.000 puntos de recarga.
Eso no es todo. La mayoría de las recargas es de 3 kilowatios que pueden tardar hasta ocho horas en cargar, aunque los públicos tienen la opción de los 11 kilowatios y así cargar en 3 horas. Si se dispone de 43 kilowatios hablamos de esos 40 minutos. La opción ultrarápida, de 150 kilowatios permitirá repostar en 15 minutos, pero para eso todavía queda.
El presidente del Gobierno no cree que la industria no sea capaz de asumir el impacto, "que se lo pregunten a Merkel que ha puesto como fecha límite 2030, tenemos que ser valiente en todo lo referente al cambio climático", ha señalado en el Congreso. Estamos hablando de un sector que supone el 10% del PIB español y el miedo a la pérdida de trabajos está ahí.
En Almussafes donde se encuentra la fábrica de Ford se dan cifras que alarman. "Se puede perder hasta un 44% de los puestos de trabajo. Hablamos de una industria que proporciona 100.000 empleos de forma directa y 200.000 de forma indirecta". UGT habla de 80% de puestos de trabajo en riesgo. Desde la patronal se señala que se necesitará tanto formación como digitalización.
La oposición habla de una propuesta escasamente pensada. Hablamos también de 13.000 euros de recaudación, avisan. "Esto requiere tiempo y no cuotas ni plazos". Todo un desafío porque la escasez de puntos de recargas es clara. Eso sí conducir un coche eléctrico. 200 kilómetros de autonomía que mejorarán en solo unos meses.
Silencioso, manejable como un automático. "40 minutos para recargar la batería". El ciudadano tendrá por ahora que planificar el repostaje porque no podrán ir donde quieran y como quieran pensando en repostar en unos minutos. Todo un reto para que intentar que el coche eléctrico sea lo común no nos atropelle en el día a día.