El declive de las generaciones posteriores siempre ha sido algo a lo que los mayores han recurrido para menospreciar a los jóvenes, pero nada más lejos de la realidad ya que la ciencia explica que estas críticas no son precisas.
En un estudio publicado en Science Advances expone que estas quejas se han producido a lo largo de milenios y se encuentran dentro de la idiosincrasia de la humanidad.
Hoy en día escuchamos críticas hacia los ‘Millennial’ o la ‘Generación Z’ sobre lo fácil que lo han tenido, el poco respeto hacia los mayores o que no saben lo que es el sacrificio, pero el estudio llevado a cabo por el Departamento de Psicología y Ciencias del Cerebro de la Universidad de California, desmonta las críticas y asegura que los jóvenes no son peores que antes.
La investigación destaca dos mecanismos principales que son los que contribuyen a la tendencia perenne de la humanidad a denigrar a los niños. El primero consiste en una “tendencia específica de las personas a notar las limitaciones de los demás donde uno sobresale", y el otro hace referencia a un sesgo de memoria “que proyecta cualidades actuales de uno en la juventud del pasado”.
Los científicos destacan que al observar a los niños actuales, comparamos nuestra memoria sesgada del pasado con una evaluación más objetiva del presente, y parece aparecer un declive natural.
Es probable que la proyección hacia atrás de uno mismo a los niños se deba a que las personas tienen menos detalles disponibles al recordar a sus compañeros anteriores que al evaluar a sus compañeros adultos actuales.