La Ciencia vaciada en España: entre laboratorios que se cierran y talentos que se van
Pedro Bargueño, Doctor en Física y Doctor en Química y profesor titular de la Universidad de Los Andes en Bogotá ha vuelto con un contrato de Excelencia Beatriz Galindo
Los contratos de Excelencia duran cuatros o cinco años y después... "el mecanismo es perverso"
José Antonio López Guerrero, director del departamento de biología molecular de la Universidad Autónoma de Madrid denuncia el desmantelamiento de su laboratorio
La Ciencia española se vacía, como los pueblos: Los investigadores se van del país y los laboratorios cierran por falta de dinero. La pandemia del covid ha dejado nuestras vergüenzas al aire: Los científicos con contratos precarios, centros de investigación que tratan de sobrevivir de la caridad. La fuga de cerebros sigue siendo una constante en España con gobiernos que destinan al I+D presupuestos tercermundistas. El día del investigador científico es buen momento para dejarlo claro. Y reivindicar su trabajo, que ahora en medio de la pandemia, valoramos más que nunca.
Uno a uno se van desmantelado los laboratorios españoles: Adiós al único laboratorio de España dedicado a la investigación del virus de la gripe humana, en el Centro Nacional de Biotecnología (CSIC). No es el único, ya había desaparecido por falta de financiación el de Juan Ortín, otro de los grandes virólogos españoles. Ahora es el de José Antonio López Guerrero, Investigador del Departamento de biología molecular de la Universidad Autónoma de Madrid.
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Su laboratorio agoniza, a punto de echar el cierre por falta de financiación. Sus investigadoras principales, autoras de importantes trabajos sobre virucidas contra el covid tendrán que abandonar, porque no saben cómo pagar sus sueldos.
Laboratorios que sobreviven 'gracias al crowfunding'
El Grupo de Neurovirología de la UAM que dirige López Guerrero llevan más de 20 años haciendo investigación con virología con distintos virus, en concreto con el virus herpes y su posible papel en la esclerosis múltiple y las enfermedades neurodegenerativas. Desde hace un año el grupo tiene una segunda línea de investigación en coronavirus. José Antonio nos cuenta lo increíblemente productivas que han sido las dos líneas de investigación, llegando a publicar un artículo al mes en revistas científicas internacionales. “Algo inaudito en España para una grupo de tres personas”, nos apunta José Antonio.
Hasta hace no demasiado, el grupo de investigación tenía cubiertos los gastos de personal gracias a un mecenas, un empresario que les estuvo patrocinando con 100.000 euros al año durante los últimos cuatro años. Esa extraordinaria financiación les convertía en uno de los grupos mejor financiados y más productivos. Al llegar la pandemia se han quedado sin esa vía de financiación “por desgracias la empresa, como muchas otras, tiene dificultades y ya no puede seguir con el mecenazgo. No puede seguir manteniendo un proyecto social cuando tiene a trabajadores en situación de ERTE”, explica este investigador.
“Así, de la noche a la mañana nos vimos con un laboratorio exquisitamente montado y organizado, con muchos aparatos realmente caros, con un cuarto de cultivo de coronavirus montado ad hoc para nosotros… un pequeño centro de investigación a nuestra disposición. Pero ahora veíamos cómo nos quedábamos sin nuestras dos investigadoras, Inés Ripa y Sabina Andreu, porque ya no hay financiación para poder pagar sus sueldos. De hecho, ellas ya estaban buscando otras opciones de trabajo en otros laboratorios o fuera de España”, nos cuenta López Guerrero.
Ante esta situación crítica, el equipo de investigación ha tenido que recurrir a montar una campaña de crowfunding, para conseguir dinero con aportaciones de pequeños micro-mecenas. Con esta iniciativa han conseguido recaudar en torno a los 90.000 euros, un dinero con el que “hemos podido alargar el contrato de ambas investigadoras hasta el mes de diciembre”. Ahora tratarán de conseguir alargar el contrato de ambas hasta los tres años, “lo que dura la tesis doctoral”, apunta el profesor.
“Estamos hablando en todo momento de un sueldo de 1.000 euros al mes, por que ambas investigadoras no pasan de mileuristas. Pero es que luego hay que pagar los gastos de material de laboratorio, etc", precisa José Antonio Guerrero.
La campaña de crowfunding está consiguiendo obrar el milagro, al menos para los siguientes meses. “Gracias a la Fundación de la Comunidad Autónoma de Madrid, a través de su plataforma www.fuam.es/neurocovid, todas las personas o entidades pueden colaborar con el proyecto. Aquí todo el mundo puede ver a qué va destinado el dinero, las investigaciones que llevamos a cabo, las publicaciones que hemos realizado y lo que solicitamos”. “A través de esta plataforma llevamos recaudado, en el último mes, unos 30.000 euros gracias a las donaciones voluntarias”.
Si no logran recaudar ese dinero, las investigadoras Ripa y Andreu les tocará hacer como a Pedro Bargueño, un investigador español, Doctor en Física y Doctor en Química por la Universidad Complutense de Madrid y de la Universidad de Salamanca, respectivamente que terminó haciendo las maletas y marchándose a Colombia, cansado de encadenar contratos mal pagados y sin futuro cierto.
Ahora parece que quieren hacerlo bien, pero otras veces no sale bien. Hay gente que ha ganado el contrato Ramón y Cajal y después de cinco seis años con unos currículos impresionantes, chao ¿pero qué pasa con esa gente? ¿chao? ¿adonde van con cuarenta y tantos años?
La fuga de talentos, una constante en España: mileuristas con contratos precarios
"En mi caso, uno quiere formar una familia y qué vas a hacer ¿enlazar contratos de año y año sin saber si te vas a tener que ir al extranjero el año que viene?, Ir y volver. ¡No! -asegura Bargueño con énfasis. Te vas a un lugar donde te ofrecen una estabilidad y si yo supero una serie de requisitos antes de cinco años consigo una plaza fija de titular, como en también en EEUU, por ejemplo. Aquí quieren hacer eso, pero no pueden ponerlo del todo bien porque las leyes, las plazas, son públicas. Ahora parece que quieren hacerlo bien, pero otras veces no sale bien. Hay gente que ha ganado el contrato Ramón y Cajal y después de cinco seis años con unos currículos impresionantes, te dicen chao, ¿pero qué pasa con esa gente? ¿chao adónde con cuarenta y tantos años? a concatenar otra vez proyectillos de un año o dos, trabajando a la sombra de un catedrático. No, hombre no".
"El problema no es que escape el talento, sino que no regrese"
"Mi caso, como el de muchos otros compañeros y compañeras, se convirtió en habitual por aquellos años. Gente sobradamente preparada que conseguía posiciones permanentes en lugares competitivos y que, pese a querer muchas veces regresar, finalmente no lo hacían debido, principalmente, a la precariedad que se les ofrecía al 'rescatarlos', subraya este profesor de Física Teórica que tiene tres hijas, gracias a su plaza en la Universidad de Los Andes, una de las más prestigiosas de Latinoamérica, donde le ofrecieron estabilidad profesional y buenas condiciones para sus proyectos científicos.
Bargueño explica que es todavía más difícil para los investigadores que necesitan una infraestructura. "La distinción entre teoría/experimento creo que es relevante. En mi caso, los únicos fondos que necesito son para libros, cómputo, viajes a congresos y contratación de personal. Sin embargo, las personas que necesitan una fuerte inversión en equipos de laboratorio lo tienen más difícil. No solo deben financiar su salario, también los equipos (a menudo muy sofisticados y caros) sin los cuales la investigación no progresará en absoluto".
"El problema no es que escape el talento, sino que no regrese. Ese es el problema", puntualiza el físico. "Para evitar eso eso tiene que haber un compromiso por escrito real de estabilización. Un contrato de excelencia como el que yo tengo, como los Ramón y Cajal, o como los Juan de la Cierva, o como este que es autonómico, el Plan GenT . Ahí tendríamos que tener asegurado la estabilización, pero no es así. Son compromisos verbales y últimamente se está haciendo bien y yo confío que la Universidad de Alicante lo va a hacer bien, porque el equipo rectoral ha invertido mucho en eso y me consta que va a ser así."
José Antonio López Guerrero coincide en que la situación en toda la investigación en España tiene el mismo horizonte negro. “España no es un país que ahora mismo esté liderando la inversión en investigación y menos todavía en investigadores. Hasta el punto de que muchos grandes científicos, formados la mayoría de ellos con dinero público, con un gran currículo y un fantástico expediente académico, terminan retornando su plusvalía, su retorno como científicos formados, en otros países”, apunta.
“Conozco muchos grupos de investigación que están en situación muy precaria. Incluso muchos estudiantes pre-doctorales que están trabajando completamente gratis, rozando la irregularidad”, nos punta el profesor: “El otro día, hablando con un compañero que lleva una investigación muy importante en la enfermedad de Huntington, me comentaba que una de sus investigadoras, que había escrito un artículo muy importante en una revista internacional de primera categoría, está prácticamente en la calle porque no hay forma de garantizar su continuidad”.
Los contratos de Excelencia, una puerta que se abre, pero que hay que perfilar bien
Pedro Bargueño ha regresado a España con un contrato de Excelencia Beatriz Galindo que le garantiza estabilidad durante cuatro años con un salario digno que supera por poco los 2.000 euros. ¿Son una solución para evitar que se vacíen nuestras universidades y laboratorios?
"Esos contratos de excelencia están pensados -como se lee en el BOE. "para la captación y retención del talento". ¿Qué va a pasar con nosotros cuando terminen? Lo mejor que puede pasar cuando termine el mío, por ejemplo, que es de cuatro años, si estamos acreditados y hemos pasado una evaluación positiva por una agencia española externa a las universidades sacarán a concurso una plaza que todos esperamos que se adecúe a nuestro perfil. Cuando yo obtenga las acreditaciones sacan una plaza pública a concurso público. Yo me puedo presentar junto a varias personas. Todo eso depende de muchas cosas, tiene que salir a concurso, tiene que haber presupuesto. El mecanismo es perverso".
"El problema por el que yo estoy contratado es del Ministerio. He venido a la universidad de Alicante porque tenían una plaza de mi perfil y gané el concurso. Una parte de mi sueldo la cubre el ministerio y otra parte no despreciable la cubre la universidad. Hay pocos contratos de este tipo. El mío es la primera convocatoria, ese programa no existía. Solo existía el Ramón y Cajal. Se presentan personas de todas partes del mundo."
El Ministro de Ciencia, Pedro Duque, hablaba de llegar al 2% del PIB en investigación, pero creo recordar que apuntaba como fecha el año 2030. Como decía Don Juan Tenorio: ‘cuán largo me lo fiais, señor’
Prueba a hacer este ejercicio: Piense en el nombre de tres científicos. ¿Cuántos recuerda, uno dos, tres? Ahora con la pandemia de covid, Margarita del Val ha estado muy presente en los medios de comunicación y a otros le hemos puesto cara por primera vez. Sin embargo, el estado de la Ciencia sigue siendo de precariedad: El porcentaje del PIB dedicado al I+D de los últimos años se sitúa a niveles de Bulgaria, Chipre, Croacia, Eslovaquia, Grecia, Irlanda, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Polonia y Rumanía.
“La precariedad es algo tristemente común en todos los centros de investigación en España”, concluye López Guerrero y recuerda que “el Ministro de Ciencia, Pedro Duque, hablaba de llegar al 2% del PIB en investigación, pero creo recordar que apuntaba como fecha el año 2030. Como decía Don Juan Tenorio: ‘cuán largo me lo fiais, señor’. Creo que la situación es acuciante y delicada y ese incremento en financiación en investigación es crucial. Está muy bien escuchar estas promesas desde los púlpitos parlamentarios, pero yo quiero verlo por escrito y ya”, demanda Guerrero.
En España, nos movilizamos más por el fútbol que por la Ciencia. Conocemos al dedillo los pormenores de los equipos y somos capaces de mandar a los directores técnicos sobre qué estrategia seguir. Sin embargo, la Ciencia se nos queda lejana e inaccesible, como si nos importara poco o nada. ¿A qué achacas eso? "Entre otras cosas, porque el fútbol se publicita como si no existiera otra cosa. Sin embargo, la publicidad que gastamos en promocionar la ciencia es, básicamente, cero. Y no solo pasa con la ciencia, es algo común en prácticamente cualquier ámbito académico. Es importante notar que digo “gastamos”. Los científicos somos parte de la sociedad y, en mayor o menor medida, también somos responsables de no movilizar más a la gente"
Con esto quiero decir que, muchas veces, "los científicos pecamos de ser 'ratones de biblioteca', ajenos al mundo exterior. Divulgar y mostrar nuestros avances a la sociedad debe volverse algo fundamental. Me consta que se han hecho avances al respecto (por ejemplo, los cursos de verano que se organizan en las universidades españolas, entre otras actividades) pero parece que no es suficiente."
Le pedimos a Pedro Bargueño que complete la frase: Un país sin ciencia e investigación... "nunca estará preparado para superar los retos que nos deparará el futuro".
José Antonio López Guerrero también se anima: “Sin investigación no hay futuro, sin ciencia no hay futuro. Un país es rico porque investiga. Pero todos estos mantras los venimos repitiendo durante décadas. Lo que pasa es que ahora se han visto confirmados por la desgracia de la pandemia que nos ha azotado a todos”.