Catorce delfines muertos: por qué han aparecido varados en Cantabria
Hace poco otros 13 delfines murieron en las costas de Cantabria
Esta especie de delfines es frecuente en el Cantábrico
Ha vuelto a ocurrir: el sábado aparecieron 17 delfines varados en la playa de Oyambre, en Cantabria, y solo tres sobrevivieron. No es la primera vez que ocurre: otros 13 delfines, una foca y una ballena acabaron atrapadas en la arena recientemente, en casi todos los casos insalvables. Los agentes rurales los trasladaron al centro donde se les realizará la necropsia para determinar las causas de su muerte y tratar de averiguar cómo llegaron a la playa de San Vicente de la Barquera.
El gobierno de Cantabria acudió al lugar al instante y, a pesar de que la marea estaba muy baja, consiguieron con la ayuda de los vecinos y surfistas presentes devolver tres ejemplares al mar. Cada uno pesaba 150 kilos y entre los delfines varados había crías. La imagen era desoladora y, por desgracia, cada vez más común. De hecho, en el comunicado que emitió acto seguido el gobierno cántabro, informaba de que "son una especie habitual en las aguas del Mar Cantábrico y este tipo de comportamiento en estos animales suele ser frecuente".
¿Cómo llegan a la playa?
Miden unos 2,2 metros de largo y viven en aguas templadas todo el año, lo cual podría ser el motivo de que se acercasen tanto a la costa. Los cetáceos cada vez frecuentan más el Cantábrico por el aumento de la temperatura del agua y por los bancos de anchoa, que se han recuperado en los últimos años. De hecho, tanto en Cantabria como en el País Vasco, se han avistado incluso rorcuales, el segundo animal más grande del mundo.
El personal veterinario del Centro de Recuperación de Fauna Silvestre, en Villaescusa, determinará una vez realizada la necropsia cómo murieron, con el fin de llegar a la raíz de esta desgracia: cómo acaban allí los cetáceos.
Se cree que el grupo de delfines se desorientó, puesto que en muy pocas ocasiones se acercan a la costa. Los delfines son vulnerables a la contaminación acústica y frecuentan aguas profundas, normalmente alejadas de los litorales. En el caso del Golfo de Vizcaya, el mar llega a una profundidad de más de mil metros en algunas zonas, lo cual explica la proliferación de estas especies en la zona, sobre todo si tenemos en cuenta el ascenso de la temperatura de la superficie marina.