"No me lo podía creer”, reacciona una mujer tratando de explicar lo que vivió hace unas noches, cuando un meteorito le despertó en su propia casa en Canadá. La roca espacial atravesó el techo del dormitorio y aterrizó en su cama, provocando un sonido que, según cuenta, se parecía mucho al de un arma. Se llevó un buen susto.
Eran las 23:30 (hora del Pacífico) del 4 de octubre cuando un meteorito explotó sobre la frontera entre Columbia Británica y Alberta. Hay reportes desde diferentes localizaciones avisando del avistamiento, incluso hay algunas grabaciones del resplandor que causó al atravesar la atmósfera, pero nadie vio la roca espacial como Ruth Hamilton, que dormía profundamente cuando algo abrió un boquete en el tejado de repente.
Al abrir los ojos, Harrison descubrió que había una piedra caliente en la almohada junto a ella. Creyó que procedía de un lugar en construcción cerca de su casa, en la Columbia Británica, pero pronto descubrieron que era algo mucho más interesante. Confiesa que al descubrir la roca se sintió aliviada, dado que el pensamiento inicial al despertar fue que intruso se había colado en su casa.
La compañía de seguros de su vivienda también está sorprendida, pero ha asegurado que cubrirá el desperfecto. En cuanto a la roca, los científicos de la Western University, en Ontario estudiarán el meteorito para conocer sus cualidades y de dónde pudo venir.
Tiene aproximadamente el tamaño de una pelota de béisbol y, aunque se desconoce por el momento, podría tratarse de una condrita H, publica IFL Science. Esta clase de meteoritos, a pesar de ser la más común, podría atraer un alto precio por parte de los coleccionistas.
Otro dato que quieren determinar los investigadores es cuál fue exactamente su trayectoria, y si quedan más pedazos de roca espacial de menor tamaño desperdigados por ahí, por lo que han animado a los vecinos a fijarse bien por el suelo.
La roca que casi mata a Hamilton resulta de un altísimo valor científico y podrá aportar nuevos datos sobre estos ‘visitantes’ ocasionales de la Tierra. Hamilton, en cambio, solo está agradecida de seguir viva, como ha expresado en el diario local Agassiz-Harrison Observer.